Los Ecos del Huachicol
El Desfile que Oculta una Sombra
"El eco de los tambores de guerra no puede silenciar el goteo de la corrupción."
El 16 de septiembre no es una fecha. Es un muro de memoria, una imponente fortaleza levantada con la sangre de los héroes y el eco de los tambores que marchan. Es la puesta en escena de la disciplina, el orden, y la inquebrantable voluntad de una nación. Miles de rostros de bronce, siluetas de acero y banderas al viento se congregan, un monolito de la historia que se niega a ceder. Sin embargo, bajo el sol de la patria, el polvo de la marcha oculta una verdad mucho más grave, una sombra que se arrastra desde los rincones más profundos del poder.
"La declaración del Secretario de Marina, 'No encontró lugar ni abrigo', resonó como un trueno en un cielo despejado. Fue una confesión."
El contralmirante Manuel Roberto Farías Laguna no es solo la de un hombre, sino el símbolo de una traición, una advertencia de que la podredumbre no viene de las afueras, sino de las entrañas mismas de la fortaleza. El desfile, en su grandiosidad, es una máscara. Los pasos solemnes, las bandas de guerra, las aeronaves surcando el cielo: todo es un telón de humo que esconde la ceniza de una guerra interna.
El huachicol fiscal, este parásito que drena la riqueza de la nación, no es un ladrón furtivo en las calles, sino un fantasma que ha encontrado su hogar en los engranajes del estado, en los cimientos de la lealtad.
¿Podemos construir un futuro sobre cenizas? ¿Se puede marchar hacia la victoria cuando la batalla se ha perdido desde dentro?
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