LA PAZ COMO CODIFICACIÓN DE LA AGRESIÓN: EL DICTADO DE LA LÍNEA ESTRATÉGICA


La sugerencia de que Rusia y Ucrania deben terminar el conflicto "donde están" es la confrontación más clara entre la diplomacia idealista y la brutalidad de la realpolitik. Esta propuesta, aunque envuelta en la retórica de la "paz inmediata," no es un plan de negociación; es un dictado estratégico que busca congelar el conflicto en el punto de máxima ganancia para el agresor. Su análisis debe someterse a la frialdad de la Teoría de Juegos.

La falla estructural de esta tesis es profunda. La propuesta ignora que el principio fundamental del orden internacional no es la ausencia de violencia, sino el respeto a la soberanía. El cese al fuego "donde están" es, de hecho, la codificación formal de la agresión. La tesis oficial propone que es un camino rápido a la paz, salvando vidas. La Anti-Tesis demuestra que es una medida que sacrifica la justicia a largo plazo por una quietud temporal. Al legitimar, de facto, el control sobre los territorios ocupados, se destruye el principio de soberanía y se establece un precedente maquiavélico: la invasión es un mecanismo válido para reconfigurar fronteras, siempre y cuando se detenga antes de la escalada total.

El costo estructural de esta "paz" es la certeza de una guerra futura. Este plan no resuelve el conflicto; lo convierte en un estado de guerra fría geográfica, donde el agresor tiene garantizados sus beneficios. Un cese al fuego estático garantiza al agresor una opción libre para rearmarse, digerir el territorio y reanudar la presión cuando la comunidad internacional esté distraída. El dictado de la línea de contacto es, por lo tanto, una estrategia que intercambia el riesgo inmediato por la certeza de un colapso del orden internacional.

Esta propuesta no es un plan de paz, sino una Sentencia Ineludible que le dice al mundo: la fuerza bruta puede anular la ley internacional si la guerra se vuelve incómoda. Y esta es la pregunta que la lógica geopolítica no puede resolver, pero la historia sí: ¿El ahorro de vidas en el presente justifica la destrucción del principio de soberanía que garantiza la vida de todos en el futuro? La respuesta de la Teoría de Juegos es clara: el incentivo para la próxima invasión acaba de aumentar exponencialmente. 

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