👑 La Torre de Control de la Sospecha: Militarización y el Colapso Logístico de la Aduana Mexicana
Al analizar la dinámica de la reforma, se percibe que la meta fundamental es blindar la recaudación y combatir el contrabando, pero la vía elegida genera una patología mayor. Se necesita cuestionar si la búsqueda de seguridad fiscal a ultranza justifica el colapso logístico.
La reforma a la Ley Aduanera, impulsada con el objetivo de fortalecer la fiscalización, ha generado una sobrerregulación que podría frenar la competitividad y desalentar la inversión que persigue el nearshoring. Ellos perciben que la concentración de responsabilidades y la imposición de requisitos excesivos aumentan el riesgo de burocracia, lo que a su vez eleva los costos operativos del comercio exterior, afectando dramáticamente a sectores estratégicos y a las PYMES.
Observo que el verdadero riesgo no es logístico, sino institucional. La intención de simplificar mediante la digitalización se desvirtúa al introducir un exceso de control que recae en la militarización y la opacidad. Veo que la solución propuesta no es facilitar el comercio, sino controlar la entrada a toda costa, transformando los puertos en "trincheras" de fiscalización y desconfianza.
Nosotros debemos recordar que algunas de estas disposiciones son incompatibles con compromisos internacionales de facilitación del comercio, como el T-MEC, exponiendo al país a controversias que afectarían la estabilidad de sectores clave. Además, se subraya la preocupación por la implementación: la falta de diálogo con el sector privado y la entrada en vigor sin una transición adecuada generarán inevitablemente retrasos y sanciones por fallas técnicas en el nuevo expediente electrónico único.
Entonces, la pregunta que nos interpela a todos, a ti que asumes el costo de cada producto importado, no es si la reforma es necesaria para la seguridad. La pregunta verdaderamente cínica y pertinente es: Si por cada peso de recaudación extra que el gobierno gana con esta reforma, tu empresa o tu vida paga dos pesos en ineficiencia, incertidumbre y costo logístico, ¿está la seguridad institucional comprando tu futuro económico?
👑 La Mentira Fundacional: Tenochtitlan y el Año que el Estado Inventó para Celebrarse
Al revisar las crónicas, se entiende que la fecha no es un punto de partida, sino un punto de llegada. Nosotros debemos dejar de preguntar si el dato es correcto, y empezar a cuestionar por qué el poder necesita que ese dato sea cierto justo ahora.
Ellos han enseñado la imagen del águila sobre el nopal como un evento singular, un flash mítico de 1325. Y ellos cuentan con un consenso historiográfico que apunta a ese año como el más probable. Sin embargo, la celebración reciente de los "700 años" es abiertamente denunciada por los arqueólogos líderes como una manipulación histórica.
La verdad es que la fundación de la portentosa capital mexica no fue un acto de un solo día. Fue un proceso migratorio, político y de negociación territorial que se extendió por varios años. El dato de 1325 no es ni exacto ni científicamente comprobado; es un dato útil. El organismo político, al igual que los imperios antiguos, utiliza las efemérides para generar legitimidad y cimentar la identidad nacionalista que necesita para existir. La historia, en manos del Estado, se convierte en una herramienta de cohesión social, donde la verdad cede ante la narrativa.
Se sabe que la historia es siempre un discurso sobre el pasado, no el pasado mismo. Y si ese discurso sirve para justificar el presente, la precisión histórica es simplemente irrelevante.
Entonces, la pregunta que nos interpela a todos, a ti que celebras esa memoria ancestral, no es si la fundación ocurrió en 1325 o en 1328.
Tu fe en los 700 años de Tenochtitlan, ¿es un acto de orgullo cívico o un acto de sumisión a la narrativa que te da el Estado para que te sientas parte de algo?
🛡️ La Farsa de la Escolta: Cuando la Protección Es el Eufemismo del Fracaso
La aseveración gubernamental de que el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, "contaba con protección" no es un informe de seguridad; es una proclamación fatalista envuelta en pergamino oficial. Este hecho traslada la muerte del edil a una tragedia de resonancia épica: el funcionario cae a pesar del escudo, lo que manifiesta que la amenaza externa ha logrado una supremacía logística y moral incontestable. La presencia de un destacamento federal no coartó a los agresores; simplemente sirvió para certificar que el riesgo era de conocimiento oficial y que el Estado no pudo —o no quiso— neutralizarlo a tiempo. La protección se establece así como el último velo de una soberanía fracturada.
El Quiebre de la Fortaleza se aloja en el Principio de la Insuficiencia del Muro. El poder central confunde la provisión de recursos (el contingente de seguridad) con la operatividad de la estrategia. El asesinato de un funcionario tutelado exhibe la verdad visceral que el sistema se empeña en ocultar: en territorios bajo el yugo criminal, la seguridad ya no es una función institucional, sino una variable sujeta a extorsión. El atentado fue un manifiesto cuyo designio era desmantelar el símbolo de la autoridad legítima. El deshonor del fuero es que el protocolo de protección estaba diseñado para una escaramuza convencional, no para la ejecución pública y calculada que persigue anular la moral de una colectividad entera. Esto convierte a la escolta en testigo silencioso del colapso del orden.
La Mutación del Paradigma se activa con la reescritura del concepto de riesgo. La emancipación no se hallará en la adición de más pertrechos o destacamentos, sino en el reconocimiento radical de la interdependencia del riesgo. El valor reside en redefinir la protección no como un servicio individualizado para el funcionario, sino como una estrategia de cohesión del tejido social completo. La única resistencia auténtica no está en la defensa, sino en la restauración del monopolio de la fuerza por parte del Estado en la arena pública, de modo que el riesgo sea impensable, no solo atenuable. El edicto es de fuego: la protección fallida es la metáfora de un gobierno que, conociendo la predestinación de su emisario, solo pudo concederle una mejor línea de vanguardia para su caída.
Una proyección cautelar en medio siglo revela que la "protección gubernamental" para funcionarios de alto riesgo será sustituida por la "gobernanza en el exilio virtual". Los alcaldes de zonas calientes no residirán en su municipio, sino que gestionarán a distancia a través de plataformas inexpugnables, transformando el palacio municipal en un mausoleo de la soberanía perdida. El foco no estará en resguardar el cuerpo del político, sino en garantizar la continuidad digital de sus funciones, aceptando que la presencia física es un lujo que la guerra criminal ya no consiente.
Si el gobierno sabía del riesgo y falló en la protección... ¿cuál es el costo del conocimiento que no pudo transformarse en acción?


