CapÃtulo 2: El Plan Detallado
Richard Langley sentó en su sofá, rodeado de notas y documentos financieros. La computadora frente a él estaba abierta en varias ventanas simultáneas, todas relacionadas con el plan que habÃa comenzado a formular la noche anterior.
Con movimientos precisos, Richard empezó a trabajar en los detalles del plan. Primero, centró su atención en el sistema de
seguridad de la empresa. SabÃa que era uno de los sistemas más avanzados de la ciudad, pero confiaba en su habilidad para
superarlo.
"El primer paso es hackear el sistema", pensó Richard, mientras comenzaba a escribir código en la pantalla. "Necesitaré acceso a las cámaras de seguridad y al control de acceso."
A medida que trabajaba, Richard se dio cuenta de que necesitarÃa ayuda. No podÃa hacer esto solo, especialmente considerando el riesgo involucrado. Pensó en sus colegas, pero ninguno de ellos tenÃa las habilidades técnicas necesarias para este tipo de operación.
"Quizás deberÃa buscar ayuda externa", se dijo Richard, mientras su mente corrÃa con posibles candidatos. "Pero ¿cómo puedo
confiar en alguien que no conozco?"
La idea de contratar a un hacker desconocido le causó mareo. ¿Cómo podÃa saber si era digno de confianza? Pero al mismo tiempo
, sabÃa que no tenÃa otra opción.
Por primera vez desde la muerte de Sarah, Richard se sintió vivo. El plan lo consumÃa por completo, olvidándolo todo excepto
el objetivo final. Era como si hubiera encontrado una nueva misión en vida, una manera de seguir adelante después de perderla
.
Richard recordó una frase que Sarah solÃa decirle: "El verdadero valor no está en el dinero, sino en las relaciones que construimos." ¿Era esto lo que realmente querÃa ahora? ¿O simplemente estaba buscando una forma de reemplazar lo que habÃa perdido?
Con cuidado, Richard estudió los planos detalladamente, buscando cualquier debilidad en el sistema de seguridad. Un pequeño
error podrÃa ser su ruina. La habitación estaba llena de cables y dispositivos electrónicos. Computadoras, monitores, y orden
adores portátiles cubrÃan toda la superficie disponible, creando un ambiente tecnológico intenso.
Richard se rió amargamente al pensar que su plan para robar dinero era más complicado de lo que habÃa robado en su vida empresarial. HabÃa estado acostumbrado a manejar cifras grandes, pero esto era diferente. Esto implicaba riesgos personales, no solo financieros.
De repente, el ruido de pasos provenientes del pasillo interrumpió su concentración. Richard se detuvo, esperando que alguien
pasara por allÃ, pero el silencio volvió a caer. La tensión aumentó en su cuerpo, recordándole que aún tenÃa mucho trabajo
por hacer antes de que su plan fuera completamente listo.
La respuesta llegó rápidamente. "Soy ZeroCool", escribió el hacker. "¿Qué necesitas hacer?" Richard se sintió aliviado al ver
que el mensaje venÃa de un perfil llamado "ZeroCool". TenÃa una reputación impecable en la comunidad de hackers y un histor
ial de operaciones exitosas.
Richard se preguntó si valÃa la pena arriesgar su libertad y la de otros por cincuenta millones de dólares. ¿Era esto
realmente lo que Sarah querÃa que hiciera? La duda persistÃa en su mente, pero cada vez más, la emoción del plan parecÃa
dominar sobre ella.
Richard se sintió mareado por la cantidad de información que procesaba en su mente. Era como si estuviera tratando de memorizar una novela completa. Los detalles técnicos, los tiempos estimados, los riesgos potenciales... Todo parecÃa estar en juego
.
Cuando finalmente se detuvo, exhausto pero satisfecho, Richard se miró en el espejo que colgaba sobre su escritorio. Vio a un
hombre diferente al que habÃa visto hace solo horas. Un hombre con una misión y una determinación que parecÃa ilimitada.
"¿Estoy haciendo lo correcto?" se preguntó Richard, mirando fijamente sus ojos propios. "¿Vale la pena arriesgarlo todo por cincuenta millones de dólares?"
La respuesta que buscaba no vino. Solo quedó silencio, lleno de dudas y temores ocultos. Pero Richard sabÃa que tenÃa que seguir adelante. HabÃa dado el primer paso hacia su plan perfecto, y ahora no podÃa parar.
Autor: kyrub
Social Plugin