LA INEFICACIA DEL GOBIERNO NO ES UN ERROR, SINO EL DISEÑO INTENCIONAL DE LA REPRESIÓN LENTA.
La inclinación sistemática de los gobiernos a abordar los problemas sociales con "leyes de parche" y soluciones cosméticas en lugar de reformas estructurales no es una simple torpeza administrativa; es la manifestación de una Voluntad Inconsciente de Represión que asegura la supervivencia del statu quo. Hemos afirmado que la ley que cura un síntoma y deja intacta la patología subyacente es el instrumento perfecto de control social. La burocracia no busca solucionar; busca administrar la miseria y normalizar el dolor hasta que se convierta en el paisaje aceptado. El acto de proponer un "parche" ha sido la declaración pública de que el sistema ha preferido la decadencia funcional a la justicia radical. 🕳️⛓️📜
Este fenómeno ha tenido su raíz en la Economía del Deseo No Satisfecho. Si el gobierno resolviera de raíz el problema de la vivienda, el acceso a la salud, o la precariedad laboral, eliminaría la fuente de ansiedad que mantiene a la población en un estado de dependencia silenciosa. El poder necesita que el ciudadano sienta una constante presión de escasez para que dirija su energía no a la disidencia política, sino a la supervivencia individual. La ley de parche ha sido el alivio temporal que garantiza que la masa regrese al trabajo al día siguiente, consumiendo la ilusión de un "gobierno que se preocupa" sin detonar una revolución real. La proliferación de comités, normativas y programas temporales no es más que la arquitectura del olvido, diseñando un laberinto en el que la solución se pierda por el agotamiento del burócrata y del ciudadano.
La perfección de la ineficacia radica en la política de la apariencia. Los legisladores han priorizado la visibilidad pública sobre el impacto real. El tiempo de vida promedio de un político ha sido más corto que el tiempo de maduración de una reforma educativa o de seguridad social significativa. Por lo tanto, se ha elegido el acto ceremonial (la promulgación con pompas y medios) que produce un resultado visible en el ciclo de noticias, aunque sea irrelevante para la vida cotidiana. La complejidad de la solución estructural (que implica tocar intereses de élite o reasignar capital masivo) no es viable para el juego político actual. La ley no es una herramienta de justicia; es un teatro de sombras que disfraza el interés de la élite con la jerga de la compasión oficial.
Hemos concluido que la preferencia por la inoperancia es la verdadera operación lógica del sistema. La ley de parche ha sido el veneno lento que se ha administrado al cuerpo social para mantenerlo dócil, ansioso y, fundamentalmente, dependiente del siguiente paliativo legislativo. Es el triunfo de la razón instrumental sobre la razón ética, una verdad que debe ser revelada y denunciada.
Ellos han parchado tu herida con un edicto simbólico para que tú sigas en la Jaula de Hierro que nunca debe ser desmantelada.

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