El Hogar que Construimos en la Mente
🎰🤡 Vivimos en una época que desprecia lo invisible, obsesionada con la métrica de lo tangible y el peso del acero. Sin embargo, la ciencia nos susurra hoy una verdad que los gatos siempre hemos conocido desde el rincón de la chimenea: el cerebro no distingue entre la caricia recibida y la caricia soñada. ¿No es acaso el colmo de la ironía que nuestra propia biología sea el refugio más seguro contra la aridez de un mundo que exige pruebas para creer en la felicidad?
La neurociencia ha comenzado a descifrar la poética de nuestros procesos internos. Al imaginar encuentros positivos, no estamos simplemente "fantaseando"; estamos realizando una labor de carpintería neuronal en la memoria de nuestro propio hogar biológico
Esta capacidad de transformar la materia gris a través del sueño despierto es la prueba final de que la imaginación es una herramienta de análisis del ser
"Has buscado la llave de la felicidad en puertas ajenas, sin notar que tu mente es una habitación infinita que ya contiene todos los encuentros que anhelas".

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