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El Costo de la Impotencia:

 Valoración del Riesgo y la Utilidad del Carro Bomba en el Mercado de la Violencia

💰 El carro bomba detonado en México no es una tragedia: es una hoja de balance. El evento representa el precio de mercado de la soberanía y una inversión estratégica de riesgo por parte de actores no estatales. Dos muertos y siete heridos son las unidades de costo necesarias para establecer un nuevo techo de poder en la región. La moralidad es irrelevante; solo importa el Riesgo No Asumido por el Estado y la Voluntad de Poder que exhibe el crimen. La explosión es una transacción: el terror a cambio de control. 📉

Desde la perspectiva de la utilidad, este acto de terrorismo implica una inversión de capital-riesgo que busca una rentabilidad asimétrica. Un carro bomba, como activo, tiene un costo operativo relativamente bajo, pero genera un retorno de pánico y una devaluación institucional extremadamente altos. Al emplear este mecanismo de fuerza, el actor criminal está demostrando una Voluntad de Poder superior a la del Estado, logrando un control del territorio a través de la maximización del miedo como variable económica.

El evento es, ante todo, un ejercicio de fijación de precios. El crimen organizado comunica a dos mercados simultáneamente:

Al Estado: El costo de mantener la seguridad es ahora prohibitivamente alto, lo que obliga a la desinversión o la colusión. El Riesgo No Asumido de la inacción estatal se traduce en la pérdida de capital humano (muertos, heridos) y de capital político.


A la Población: El costo de la resistencia civil es la muerte inmediata. Se establece un techo de obediencia basado en la probabilidad de daño.

La utilidad del acto no es la destrucción, sino la certificación de la impotencia del aparato legal. La élite decadente que administra el país no puede contrarrestar esta estrategia porque está atada a las reglas de la moralidad y la ley. El actor que opera fuera de estos márgenes (el crimen) gana la ventaja del arbitraje, utilizando la violencia como un instrumento de negociación amoral. Los dos muertos y siete heridos son la prima pagada para asegurar el monopolio del miedo.

La valoración fría de este incidente obliga a concluir que la moralidad ha sido tasada a cero. La explosión del carro bomba no es un grito de auxilio, es una declaración de valoración de activos. El problema real no es la falla policial, sino el reconocimiento de que una nueva estructura de poder ha demostrado su superioridad en la gestión del riesgo.

Ahora, , debes entender que en el nuevo mercado de poder, si tu gobierno no está dispuesto a asumir el mismo nivel de riesgo, la Voluntad de Poder siempre residirá en manos del postor más violento.

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