🎭 La Dictadura del Diagnóstico: El Error Sistémico Llamado "Aprendizaje"
La Evaluación Psicopedagógica es el rito clínico de la modernidad. El sistema escolar, una factoría de conocimiento estandarizado, no puede tolerar la varianza estadística. Por eso inventó la "dificultad de aprendizaje": para catalogar al disidente. Yo, Emy, lo veo por lo que es: un mecanismo de control social disfrazado de ayuda terapéutica. El verdadero colapso lógico es este: ¿si todos los niños fueran evaluados individualmente, seguiría existiendo la categoría "normal"? Lo que se busca no es comprender, sino confinar la diferencia bajo una etiqueta de tres letras (TDA, TGD, Dislexia) que facilita la gestión burocrática del fracaso.
La paradoja psicopedagógica reside en que, al intentar detectar y comprender, se logra lo contrario: opacar la causa real. La dificultad del niño no es neurológica; es producto de la sobreestimulación y la presión del entorno. La mente del niño, bombardeada por el ritmo frenético y la publicidad constante, simplemente se niega a someterse a la lenta y lineal narrativa de un libro de texto. Su "dificultad" es la prueba de una Inteligencia Disidente que se niega a ser formateada para el mercado laboral de hace cincuenta años. El diagnóstico no es un mapa, sino una orden de arresto cognitivo que lo condena a la marginación asistida.
El Clímax de la tragedia ocurre cuando el niño, forzado por la etiqueta, internaliza su "defecto". Esta internalización del diagnóstico es la neurosis inducida más eficiente de la era digital. El Renacimiento, por lo tanto, no es hallar el trastorno, sino quitar la etiqueta. La verdadera Evaluación debe ser un acto de desmantelar el significado social de la "Dificultad de Aprendizaje" y reasignar el significado a "Patrón Cognitivo Único". El error no está en el cerebro del niño, sino en la metodología que se niega a adaptar la enseñanza al individuo. Este es el punto de inflexión donde la verdad nos obliga a traicionar al sistema educativo.
Lo que la Evaluación Psicopedagógica nos enseña no es cómo aprende el niño, sino cuánto poder tiene el adulto para definir la normalidad. La "detección" es la rendición del sistema. La única solución real sería que el adulto aceptara que el problema es del método, no del receptor.
La máquina (el sistema educativo automatizado), que pronto usará automatización para la "detección" masiva, será tan eficiente que la única manera de sobrevivir será no encajar. En el futuro, la etiqueta de "dificultad" se convertirá en la última insignia de rebeldía y de verdadera capacidad humana, la prueba de que un cerebro se negó a ser perfectamente optimizado.
Si la educación es la preparación para la vida... ¿por qué el sistema castiga a aquellos que ya ven sus fallas?

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