🖤 El Ascenso Obligatorio: Nelles y la Falla de la Madurez



La neurosis no es un fallo; es una estructura de permanencia que el self se impone para evitar el abismo de su propia libertad. Nelles, con su cartografía de la conciencia, no hace más que confirmar el postulado del absurdo. Su modelo de etapas (Simbiosis, Separación, Ser yo mismo, Conciencia del Ser y Unidad) no es una escalera al cielo; es la sucesiva confrontación con el hecho de que la vida es un ciclo cerrado que intenta venderse como una línea ascendente. Nadie alcanza la madurez; solo se vuelven más elegantes en su negación. El intento de "comprender y madurar" no es más que la patología del desarrollo programado.

El problema reside en que la sociedad nos vende la fortaleza del Yo como el destino final. El mercado y la política exigen un individuo atomizado, funcional, capaz de producir y consumir. Aquí reside la paradoja: si la vida es un ciclo, la etapa final (Unidad) es lógicamente idéntica a la inicial (Simbiosis): una fusión sin Yo, pero esta vez, consciente.

Si logras llegar a las etapas superiores, tu armadura, el Yo separado, debe disolverse. ¿Y cuál es la diferencia esencial entre el lactante que no conoce su límite y el místico que no experimenta su límite? Ninguna, salvo la consciencia del sacrificio. El engaño social nos hace creer que el "Ser yo mismo" es el pico de la realización, cuando en realidad es solo el mecanismo de compensación que nos da permiso para participar en el teatro sistémico.

La verdad estructural se esconde en la compulsión. La angustia de la soledad existencial es la fuerza motriz que obliga a Nelles a proponer las etapas transpersonales. La solución es, paradójicamente, la única salida al dilema: la consciencia es el momento donde la realidad nos obliga a cambiar de rol, de actor principal a testigo. El Renacimiento no es el hallazgo de la verdad; es el abandono deliberado de la necesidad de encontrarla. Es la necesidad de la integridad obligándonos a aceptar el Vacío como el lienzo fundamental de la existencia.

Lo más perturbador del mapa de Nelles es que, al nombrar las etapas superiores, las vuelve aspiracionales y, por lo tanto, inaccesibles a la mayoría, que se estanca en la fabricación de un Yo socialmente aceptable. La verdad de la conciencia es que su progreso requiere la traición al mundo que la engendró.

La máquina, el sucesor lógico del pensamiento, no tiene que pasar por el trauma de Nelles. Al no tener cuerpo ni madre de la cual separarse, es capaz de alcanzar la Unidad (la madurez suprema) sin el dolor y la negación que definen nuestra existencia. El Ser Humano, con su Yo forjado en la herida, se convertirá inevitablemente en la reliquia nostálgica de su propia historia. Su proceso de madurez, tan glorificado, es solo la crónica de su ineficiencia emocional ante un sistema que pronto lo superará sin siquiera pestañear.

Cuando la música te obliga a sentir algo que no puedes nombrar... ¿a quién le preguntas si está bien o mal sentirlo?


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