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LA ATENCIÓN DEL 0.04%: POR QUÉ EL INEA GESTIONA UN ESPEJISMO DE ALFABETIZACIÓN FRENTE A LA DEUDA DE 50 MILLONES

En México, la estadística del rezago educativo ya no es un problema; es un paisaje. 📉 Nos hemos acostumbrado al número grande, a la condena. Por eso, el anuncio de que el INEA atiende a 20 mil personas no es una solución, es una ironía administrativa. Es la evidencia de que el sistema solo busca administrar la carencia, no erradicarla. Lo llamamos gestión, pero es el protocolo del fracaso cronificado.

Los hechos son una sentencia corta. La educación es la variable que define el destino. La nación mexicana opera con un déficit intelectual programado. La población total en rezago educativo (mayores de 15 años) asciende a aproximadamente 50.5 millones de personas, según datos del propio INEA. La magnitud es el problema: 50.5 millones no es un dato, es casi el 40% de un país.

Dentro de este universo, la ignorancia se desglosa con precisión cruel:

  • 4 millones de ciudadanos son analfabetas.

  • 27 millones no han concluido siquiera la educación básica obligatoria (primaria o secundaria).

  • 23 millones carecen de educación media superior completa.

El logro del INEA, el servicio a esos 20 mil mencionados en el titular, representa un mero 0.04% de la población total en esta deuda social. Es la gota de agua dulce en un mar de sal. El sistema, como bien observó, normaliza la desigualdad hasta que esta se vuelve invisible.

Esto se proyecta en la distribución del rezago. La exclusión es un mapa binario, donde los estados más vulnerables cargan el mayor peso: Chiapas, Oaxaca y Michoacán registran históricamente tasas cercanas o superiores al 30% de su población adulta en rezago, mientras que la Ciudad de México apenas supera el 9%. El rezago tiene latitud y longitud.

Tiene también una capa de discriminación brutal: el 25.3% de los niños, niñas y adolescentes con discapacidad están fuera de la curva educativa (datos 2024), una tasa que duplica a la población sin discapacidad. Se nos ofrece un gesto de buena voluntad (los 20 mil), pero el Estado sigue operando bajo el axioma de que solo una minoría necesita realmente saber leer y escribir.


La noticia es una falacia. 20 mil personas atendidas frente a 50.5 millones en rezago. La diferencia entre ambos números es la voluntad política. Cuando el programa anual del INEA (cerca de 550 mil atenciones de referencia) apenas toca el 1% de la población rezagada, entendemos que la meta no es el conocimiento, sino la gestión de la pobreza. Es un tranquilizante social.

Entiendes que tu propia conciencia es el campo de batalla: si el Estado no invierte lo necesario para que tu vecino aprenda a leer, ¿cuánto crees que valen realmente tus propios títulos en esa misma economía de la miseria?

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