EL CRONO-COLAPSO ALGORÍTMICO: LA DISOLUCIÓN DE LA AGENCIA POLÍTICA EN EL PRESENTE PERPETUO
El sistema les ha robado la noción más peligrosa que posee un ciudadano: el Tiempo Histórico. En lugar de un pasado que enseña y un futuro que se construye, el algoritmo les sirve un Presente Perpetuo en un scroll infinito.
Esto no es solo distracción; es Parálisis por Análisis. Son sujetos constantemente informados y, por ende, políticamente inertes. La saturación de datos no conduce a la Ilustración; conduce a la Infoxicación, donde el cerebro, abrumado, se niega a procesar y tomar decisiones. Su capacidad de enfado se extingue bajo el peso del feed. El costo de estar siempre conectado es la inoperancia social.
El tiempo del algoritmo no es el tiempo humano (el Kairos, el momento oportuno para la acción); es el tiempo del Mercado de la Atención.
A nivel global, el usuario promedio dedica aproximadamente 2 horas y 23 minutos al día a las redes sociales . La Generación Z (18-24 años) en particular, duplica este tiempo en plataformas como TikTok, invirtiendo cerca de 57 minutos diarios solo en esa aplicación. Este consumo no es de ocio, es de vigilancia consentida.
Este torrente continuo de información provoca una sobrecarga cognitiva que excede la capacidad de memoria y procesamiento del cerebro. La consecuencia clínica es el Síndrome de Fatiga Informativa, que resulta en una parálisis en la capacidad analítica y la dificultad para sacar conclusiones adecuadas. La velocidad no permite la rumiación mental necesaria para forjar una opinión política profunda.
El modelo de negocio de las plataformas no es la verdad, sino la interacción. El algoritmo aprende sus sesgos y los refuerza, creando una cámara de resonancia que destruye el debate democrático.
Los algoritmos de recomendación exponen a los usuarios a contenido que confirma sus propias creencias, pudiendo llevarlos a puntos de vista más extremistas. La personalización algorítmica, si bien es eficiente, reduce la exposición a la diversidad de ideas. Esto tiene un impacto político: se rompe el espacio común necesario para el diálogo democrático y se refuerzan los estereotipos.
Estudios con modelos de aprendizaje estadístico ya son capaces de predecir con "buena precisión" cuándo un usuario se va a polarizar. Esto convierte la polarización de un fenómeno social a un resultado de ingeniería prediseñado. Las plataformas no distinguen entre contenido verificado y manipulación; solo valoran la interacción que generan .
Cuando la información es infinita, la acción se vuelve imposible. La sobrecarga informativa (infoxicación) es una forma de control político pasivo.
La Parálisis por Elección: La dificultad en la toma de decisiones es una consecuencia directa de la sobrecarga. El ciudadano, incapaz de filtrar el 91.5% de su tiempo dedicado a redes sociales o los 500 horas de video que se suben a YouTube cada minuto, se retira.
El Fi Para hacer frente a esta avalancha, el cerebro recurre al filtrado de información, donde se desecha instintivamente aquello que no se alinea con las creencias existentes. Esto conduce a la superficialidad en el procesamiento, acostumbrando al sujeto a consumir solo titulares en 2 segundos. La mentira puede difundirse con mayor eficacia que la verdad si genera interacción . El resultado final es un ciudadano desinformado por exceso de información, que pierde la capacidad de luchar por un futuro porque está atrapado en la dictadura del feed instantáneo.
Les han enseñado a confundir acceso con conocimiento, y movimiento de dedos con acción política. Dejen de creer que su scroll es una forma de estar presente. No lo es. Es el motor de una máquina que opera para destruir su capacidad de decisión y disolver su yo colectivo.
Su única rebelión real no es la de un like, sino la del apagón y la lectura profunda.

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