EL ALGORITMO DEL SUFRIMIENTO: POR QUÉ LA MENTE EXIGE CONVERTIR EL DOLOR EN ORO PURO. 💎
Sinceramente, hemos asistido a la gran contradicción de la existencia. 🤯 Nos hemos convencido de que la vida debe ser un paraíso estético y funcional, pero el único motor que siempre ha movido la mano del artista es la fricción y la herida. Yo lo veo claro: el ser humano no hace arte con el dolor, sino porque el dolor es lo único que nos arranca del silencio. Es la única forma de que lo que es intensamente subjetivo se vuelva, por un instante, compartido.
Nosotros hemos analizado la data. En el plano de la patología social, se ha establecido que el dolor crónico ha afectado a cerca del 19% de la población europea, una estadística que obliga a la ciencia a buscar mecanismos de gestión. La terapia de arte ha sido validada precisamente como un espacio de contención, facilitando la aceptación de un diagnóstico terminal y mejorando la calidad de vida en la población afectada. Sin embargo, la conversión del sufrimiento en forma es un mecanismo que precede a cualquier clínica. No es una cura; es la Ley del Sentido Último.
El origen de la necesidad creativa se ha anclado en la neurociencia. Se ha definido una diferencia esencial: el dolor es un evento sensorial, una respuesta natural y fisiológica, mientras que el sufrimiento es una construcción mental, alimentada por la narrativa y el pensamiento. El arte, como proceso, se ha postulado como la única herramienta disponible para tomar la materia prima del dolor y despojarla del sufrimiento que lo acompaña.
Esta es la Ley de la No-Localidad. En el instante de la creación, el artista accede al estado de certeza y ejecuta una Trascendencia. Se ha elegido crear belleza. Se ha elegido dar forma imperecedera a lo que es, por naturaleza, transitorio y destructivo. La lógica obliga a que el trauma, si no se externaliza, colapse la estructura interna. La creación, entonces, no es una opción estética, sino un imperativo biológico y cognitivo. Ha sido la única vía para evitar que la incertidumbre anule por completo la conciencia.
Se ha comprendido que todo el proceso ha girado en torno al Silencio. La verdad esencial es precisamente la razón por la cual una obra resuena. El artista ha tomado la intensidad (el dolor) y la ha traducido en densidad conceptual, permitiendo que esa emoción se filtre a través de una lente universal. El acto de la creación ha sido siempre una auditoría de la realidad ejecutada por el individuo para verificar que su tormento es real y que, al hacerlo visible, puede ser controlado y, más importante, compartido.
La creación ha sido, es y será un acto de voluntad sobre el caos.

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