LA FALACIA DE LA LIBERTAD EN HAYEK: LA NUEVA SERVIDUMBRE



El libro El camino a la servidumbre [The Road to Serfdom, 1944] de Friedrich A. Hayek es el manual definitivo para temer a la planificación centralizada estatal. Su tesis es clara: El control económico, incluso bien intencionado, conduce inevitablemente a la tiranía política. Esta narrativa se convirtió en el argumento principal de la oleada de privatizaciones en México impulsada por la élite económica de la época. El argumento era que, al desmantelar el Estado, se lograba la libertad económica. Sin embargo, al aplicar la Teoría de Juegos a esta premisa, se revela la falacia fatal: Hayek solo analizó el juego entre el Ciudadano y el Estado, ignorando por completo el juego entre el Ciudadano y el Oligopolio.

La falla central en la arquitectura de poder de Hayek no es que temiera al Estado, sino que falló al no reconocer que el peligro mortal para la libertad es la Concentración de Poder absoluto, sin importar si su etiqueta es pública o privada. La servidumbre no fue abolida; fue transferida. Al achicar el Estado y desmantelar sus estructuras de regulación, se creó un vacío de poder que fue llenado de inmediato por Monopolios Privados. Estas nuevas entidades, despojadas de la obligación de rendir cuentas que sí tenía el Estado, ejercieron un control sobre los precios, las telecomunicaciones y la banca que es más denso, más absoluto y menos visible que cualquier control burocrático. El resultado de la era de privatizaciones no fue la libertad prometida, sino un Monopolio Funcional [Functional Monopoly]. Cuando una sola corporación privada controla un sector esencial, ejerce un poder de planificación sobre millones de vidas tan fuerte como el de cualquier burócrata. Es la Paradoja de la Tiranía de la Eficiencia.

El problema no se resuelve con ideología [más o menos Estado], sino con arquitectura de poder. La libertad no es la ausencia de poder, sino su dispersión radical. La única manera de honrar la libertad que Hayek defendía es aplicando su miedo a la tiranía a toda concentración de poder, sin excepciones. Por lo tanto, la ley anti-monopolio debe ser tan agresiva contra el oligopolio privado como Hayek lo fue contra el monopolio estatal. La Sentencia es clara: Si una corporación es demasiado grande para fracasar [too big to fail], es demasiado grande para existir. Su control es, por definición, una forma moderna de servidumbre. La libertad moderna solo existe cuando la fuente del pan y la fuente de la información están estrictamente separadas y atomizadas. El nuevo camino a la libertad es la dispersión radical de la autoridad funcional.

El libre mercado, en manos de los ejecutores de esta doctrina, se convirtió en el camuflaje perfecto para la Monarquía sin Corona. Y esta es la pregunta irresoluble que queda sobre la mesa: ¿Qué es más peligrosa, la tiranía que se presenta como un mal necesario, o la tiranía que se vende como absoluta libertad? La diferencia, en el juego de la servidumbre, solo se mide en la métrica de tu cadena.

Post a Comment

Artículo Anterior Artículo Siguiente