El Principio de la Conservación del Conflicto (P.C.C.)

La promesa de una "aniquilación completa" es la retórica más seductora y, a la vez, la más científicamente endeble de la política moderna. Es un concepto que ignora la ley fundamental del universo: la información no se destruye.
Cuando una voz de poder promete erradicar una ideología o una fuerza política de raíz, está prometiendo crear un agujero negro de conflicto. Pero la física nos enseña que el agujero negro no es un sumidero absoluto. Recientes descubrimientos confirman que la información cuántica, incluso al ser absorbida por esta singularidad de densidad infinita, nunca es aniquilada. Simplemente se codifica en la radiación de Hawking y regresa lentamente al universo.
Un conflicto territorial o ideológico es un sistema cerrado de energía y memoria. La energía del resentimiento, de la resistencia y de la identidad no puede ser eliminada por la fuerza cinética. Solo puede ser transformada.
La aniquilación física de una organización (Hamas) no borra la información que la creó: la historia, la memoria de las víctimas y la ideología que la sustenta. El pasado, como dijo Faulkner, "no ha muerto. Ni siquiera es pasado." Esta memoria persiste.
Cuando se intenta destruir la entidad, esa energía es codificada por el sistema. Lo que se buscaba aniquilar regresa como una "radiación de Hawking" geopolítica:
Transformación a formas más complejas de terrorismo: La estructura jerárquica es reemplazada por células descentralizadas e incontrolables.
Codificación en la memoria colectiva: La resistencia se transforma en un mito fundacional de martirio, garantizando la lealtad de la próxima generación.
El intento de "aniquilación completa" no solo es un error de cálculo moral, es una violación de la termodinámica social. Se invierte una inmensa cantidad de energía (militar) para lograr un estado de orden, pero el resultado es el opuesto: un aumento dramático de la entropía del sistema. Se garantiza que el conflicto regrese, pero en un formato más caliente, caótico y menos gobernable que el anterior.
La ley es inmutable: la resistencia es una forma de información. Y la información es indestructible. La verdadera estrategia no es la aniquilación, sino la transformación de la información —cambiar su código fundamental. Mientras la promesa sea la destrucción, solo se estará invirtiendo más energía en el agujero negro que garantiza el regreso del conflicto.
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