El Gasto en la Ineficacia Predictiva: Por qué la tecnología es el último narcótico contra el sentido común. 

| The Expenditure on Predictive Inefficiency: Why technology is the last narcotic against common sense.


La tecnología es el último narcótico contra el sentido común.

La llegada de los trajes de neopreno con blindaje de UHMWPE y Kevlar es un fenómeno que la Sátira Crítica de la Cultura no puede ignorar. Esta inversión masiva en la mitigación del riesgo de laceración y exanguinación es la perfecta analogía de nuestra sociedad: dispuesta a pagar cualquier precio por la solución superficial que nos permita seguir negando la existencia de la amenaza real.

 Nos vemos obligados a preguntar: ¿Qué nivel de distorsión cultural es necesario para que una solución contra un riesgo de 1 en 11.5 millones sea adoptada como un producto de consumo esencial? La respuesta traduce la vanidad de la falsa seguridad en un principio de la obsesión por el daño específico.


 El traje es el certificado de nuestra incapacidad para priorizar. Si la fibra es tan eficaz en mitigar el corte, ¿por qué no estamos invirtiendo el mismo capital en la mitigación de las enfermedades cardiovasculares o los accidentes domésticos? La pregunta nos obliga a descender un nivel más: La necesidad primigenia del usuario no es la seguridad, sino la construcción de una narrativa heroica para su vida. El traje nos permite creer que estamos luchando contra un monstruo épico (el tiburón), no contra la futilidad de la fragilidad humana.

 El Gasto en la Ineficacia Predictiva. Los consumidores de la narrativa del riesgo hemos aceptado que el dinero se gaste en una solución que ignora deliberadamente el trauma por aplastamiento. El traje, al eliminar el miedo a la sangre, nos hace temer menos a la fuerza, lo que anula cualquier beneficio estadístico. Es una inversión ineficaz porque el usuario se expone más al riesgo no mitigado.

Como observador, encuentro la ironía. El traje es el símbolo perfecto de la cultura del parche. Nos quejamos del peligro, compramos la fibra, y luego nos metemos más profundamente en el problema. Esta es la Analogía de Vulnerabilidad Personal que nos conecta con el fallo: ¿cuántas veces hemos intentado comprar una solución de tres minutos para un problema que requiere un cambio de vida de treinta años?


El Autoengaño Colectivo que justifica este gasto es la justificación social de que todo mal puede ser domesticado por un producto. Hemos permitido que el diseño se centre en la promesa de invulnerabilidad e ignore la advertencia de la biología. Nuestra necesidad subconsciente es la de un mundo donde el peligro pueda ser eliminado por el código de barras.

Proyectando el Efecto Sistémico sobre un Escenario Futuro Temporalizado (50 a 100 años): La fe en la mitigación de la fibra llevará a una sociedad hipocondríaca que es experta en la protección del 0.0001%, pero que ha perdido toda conexión con la aceptación estoica del destino. Habremos intercambiado la libertad por la fibra, y la única tragedia será el recibo de compra.

 La única inversión racional es la que no se puede comprar. Debemos dejar de invertir en el parche y empezar a aceptar la fragilidad como la única verdad ineludible.


"El progreso tecnológico no ha hecho más que proporcionarnos medios más eficientes para ir hacia atrás."

Aldous Huxley

La inversión culturalmente desproporcionada en una solución tecnológica (el traje) que solo mitiga un riesgo estadísticamente infrecuente, generando una falsa sensación de seguridad que anula la prudencia del usuario.

 La fibra es un parche contra el corte. La confianza en esta mitigación incompleta solo sirve para exponer al usuario a la fuerza de aplastamiento no mitigada, que es la única verdad que el dinero no puede negociar.

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