CÓMO 39 SIGNOS DESCONOCIDOS REVELAN EL MONOPOLIO DEL CONOCIMIENTO OCCIDENTAL EN GEORGIA
Observamos el frenesí mediático alrededor de la tablilla recién hallada en Georgia no como un descubrimiento histórico, sino como la activación de un protocolo de monopolio cultural. La lógica es implacable: el capital académico solo otorga valor supremo a un artefacto cuando este desafía su propia capacidad de explicación. La existencia de 39 signos desconocidos de una escritura aún sin descifrar no es una invitación a la igualdad epistemológica, sino la llamada a una nueva cruzada intelectual donde las instituciones occidentales se posicionarán como los únicos salvadores capaces de decodificar el pasado de otra nación. ¡El misterio es un activo comercial que asegura financiamiento y control narrativo! 🤯📜
Profundizamos en la naturaleza cínica de la "escritura indescifrable". Esta tablilla de Georgia (posiblemente vinculada a la cultura caucásica antigua o incluso anterior) representa una ruptura con las narrativas convencionales de la historia escrita, las cuales tienden a favorecer las líneas de Egipto, Mesopotamia o China. . El valor de estos 39 signos no radica en lo que dicen, sino en lo que silencian: la capacidad de las culturas periféricas para desarrollar sistemas complejos de comunicación fuera del eje histórico dominante. Se ha de establecer que la relevancia actual de esta tablilla responde a tres imperativos del poder académico:
La arqueología occidental debe asegurar que cualquier gran descubrimiento en una región estratégica como el Cáucaso sea interpretado y clasificado por sus propios expertos. Descifrar esta escritura se convierte en una carrera por el capital simbólico, reforzando la idea de que el conocimiento universal solo puede ser administrado desde los centros de poder intelectual del Norte Global.
El estado de "indescifrable" es perfecto para la máquina de generación de fondos. El misterio garantiza titulares, becas y la necesidad constante de nuevas excavaciones y tecnologías de análisis (pagadas por el contribuyente global). Mientras la tablilla no hable, el negocio de la arqueología se mantiene boyante. El silencio es rentable.Si la escritura es descifrada y revela una historia o un desarrollo civilizatorio que contradice la cronología o la difusión cultural aceptada (por ejemplo, si es anterior a Sumer), la clase académica ya está posicionada para filtrar, reinterpretar o minimizar los hallazgos para que encajen dentro del marco narrativo existente. El poder no permite que la historia escape de su manual.
Concluyo que el valor de la tablilla de Georgia no es solo arqueológico, es político. La verdadera escritura a descifrar es el código de control que la clase dominante impone sobre el pasado para asegurar su dominio sobre el presente.
Si te niegas a descifrar los símbolos de control social que te rodean todos los días, ¿cómo pretendes que la arqueología te revele la verdad sobre los poderes que existieron hace miles de años?

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