EL FANTASMA DE LA VERDAD
UNA EVIDENCIA A CIEGAS EN EL LABERINTO JUDICIAL
La justicia no siempre es un mapa, a veces es solo un rumor flotando en la oscuridad.
El telón se levanta sobre un nuevo acto en la eterna obra de la justicia. La narrativa, tejida entre rumores y documentos judiciales, nos transporta a una realidad onírica donde las certezas se desvanecen. Dos figuras, los hijos del expresidente, emergen de las brumas con una petición singular: un amparo contra una orden que aún no existe. Es una acción preventiva, un movimiento estratégico que nos hace cuestionar la naturaleza misma de la ley. ¿Es la justicia un escudo que protege a los poderosos, o una espada que corta la impunidad?
El eco de la investigación por "huachicol fiscal" se ha mantenido en un susurro, pero su resonancia es innegable. La prensa habla de una red de corrupción que, como un fantasma, opera desde los puertos y se niega a disolverse en el aire. Los nombres de los hijos del expresidente, Andrés y Gonzalo, han sido mencionados en este baile de sombras y secretos. El amparo que han tramitado no es un simple papel; es la materialización de un miedo, una confesión tácita que se esconde detrás de la fría jerga legal.
"El amparo no es un signo de inocencia, sino un signo de miedo. El miedo a que la verdad, ese fantasma tan escurridizo, se materialice en una orden de aprehensión."
La solicitud fue presentada por una figura anónima, Francisco Javier Rodríguez Smith Macdonald, un nombre que suena a clave en un enigma. Dejó como única referencia un hotel en el centro histórico, un punto en el mapa sin dirección clara, como si el misterio fuera más importante que el hecho. Este movimiento burocrático, esta negación de la autoría, es un acto de teatro, un performance que nos obliga a preguntarnos quién está tirando de los hilos.
Al final del día, este amparo es más que un simple trámite; es un retrato de la impunidad. Es una señal de que el sistema, cuando lo desea, se dobla y se tuerce para proteger a los suyos. Los mismos que prometieron limpiar la casa, ahora usan sus herramientas para evitar que se revele la suciedad. Es un capítulo más en la historia de la ambigüedad, donde la realidad se mezcla con un sueño turbio.
¿Puede la burocracia enterrar la verdad o solo le da tiempo para encontrar una nueva forma de levantarse?
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