Los Susurros de la Sombra y el Canto de la Verdad:

 El Informe de la Capital Eterna

Por El Oráculo de la Tierra Media


Las runas de la verdad disipan los susurros de la Decepción.

En los anales del Reino de la Capital, un oscuro murmullo ha recorrido los salones de mármol y las plazas empedradas. Una voz poderosa, envuelta en la neblina de la Sombra, proclamó que la Gran Ciudad se encontraba "fuera de control", una tierra sin ley, corroída por el caos y el terror. Estos susurros, similares a los de un antiguo hechicero que busca sembrar el pánico, encontraron oídos ávidos entre aquellos que temen a la oscuridad. Sin embargo, en la biblioteca de los Sabios, donde se guardan los pergaminos de la Verdad, se desató un clamor silencioso. La crónica del Reino no se escribe con augurios de miedo, sino con runas de certeza. La realidad, al igual que una montaña forjada por los Enanos, es una estructura que solo puede ser desentrañada con las herramientas de la objetividad y la paciencia.

La desconexión entre el relato de la Sombra y los grabados de los Archivos del Reino es un fenómeno digno de los viejos cantares. Históricamente, la Capital, como el corazón de las Tierras Libres, ha sido un símbolo, una lanza arrojada en los conflictos entre los hombres. Se ha usado su nombre como una advertencia y su destino como un argumento en las guerras de la lengua. Esta instrumentalización no es nueva, pero en la era de las palabras fugaces, los relatos falsos son un mal antiguo que encuentra nuevas formas. Los incidentes aislados son convertidos en leyendas de perdición, y los datos, en un espejismo para los incautos.

Un análisis objetivo, forjado en el silencio de los Censores del Reino, revela una realidad más matizada y, en gran medida, contraria a la narrativa de los malos augurios. Al examinar los patrones de los últimos ciclos solares, se observan tendencias que desmantelan las profecías de la Sombra. Los crímenes contra los bienes, los robos en los hogares de los ciudadanos, han experimentado una disminución sostenida del 7.5%, un signo de que los Guardianes de la Ley mantienen su vigilia. Las runas sobre los homicidios, si bien fluctúan como las mareas del mar, no respaldan la visión de un caos absoluto. En algunos feudos del Reino, se ha registrado una estabilidad que honra a los ancestros.

Para contextualizar estas cifras de manera rigurosa, se ha consultado con los Archiveros de otras Tierras Lejanas. El reporte de la Capital, si bien enfrenta sus propios dragones, no es una anomalía. Se encuentra en un rango similar al de otros grandes asentamientos como las ciudades fortificadas de los reinos vecinos. Al comparar las cifras con las de los reinos de los Duelos y la Bruma, se observa que los desafíos de la Capital no son una plaga única, sino una enfermedad que aqueja a todas las civilizaciones urbanas. La retórica de la Sombra es una artimaña, un conjuro que busca confundir. Sin embargo, la verdad de los pergaminos es inmutable. Las cifras no mienten; lo que miente es el contexto que se les impone. La verdad es que la Capital, como cualquier gran ciudad, tiene sus batallas y sus victorias. Pero la idea de que está "fuera de control" no es una descripción, sino una fábula. Y una fábula, al ser examinada con la luz de la verdad, se desintegra en el polvo.

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