Sed en el Valle del Espejo: El Despojo de la Matriz Líquida
El agua no es una mercancía que se pueda embotellar sin secar el alma de un pueblo, es la sangre de nuestra tierra que fluye por venas cada vez más delgadas. En el Valle de México, el derecho a la vida se ha convertido en un privilegio de grifo cerrado para las mayorías, mientras los acuíferos son tratados como una herencia privada. ¿Cómo podemos hablar de progreso si nuestras raíces están sedientas y la justicia se evapora antes de llegar a los barrios que la sostienen? La sed es el grito más silencioso y doloroso de la desigualdad.
La crisis hídrica en el Valle de México es el resultado de una biología de la interdependencia fracturada por el monopolio de los recursos. La gestión actual ha ignorado la sabiduría cíclica del agua, prefiriendo la extracción violenta sobre la recarga amorosa de los mantos. Al privilegiar a los grandes consumidores industriales, el sistema ha creado una interconexión ética negativa donde la carencia de unos financia la abundancia de otros. Este despojo no es solo técnico, es una herida en la identidad de una cuenca que nació para ser lago y terminó siendo una mancha de asfalto sedienta. El acuífero, nuestra matriz fantástica de vida, está siendo drenado por encima de su capacidad de regeneración, condenando al futuro a una sequía que no distingue entre clases sociales, aunque las castigue de forma desigual. Es imperativo transitar de una economía de explotación a una poética de la conservación, donde cada gota sea respetada como el milagro que es.
Esta realidad nos obliga a un viaje colectivo para rescatar nuestra soberanía hídrica. La privatización velada del agua bajo el manto de la eficiencia administrativa es una traición a la ecología social que nos sustenta. No podemos permitir que el agua sea el nuevo oro de los pocos, mientras las madres de familia esperan pipas que nunca llegan. La verdadera restauración del Valle de México comenzará cuando entendamos que el agua es un bien común que no acepta dueños, sino guardianes que comprendan la fragilidad de este equilibrio vital.
"Caminas sobre un antiguo lago con la garganta seca, preguntándote en qué momento permitiste que el agua de todos se convirtiera en el negocio de unos cuantos".

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