Cómo ser despedido por una calculadora (Sin morir en el intento)
¡Abran sus libros en la página del apocalipsis laboral! 🎓 Según el Harvard Business School, más del 90% de las grandes empresas utilizan sistemas de seguimiento de candidatos (ATS) para filtrar a los postulantes antes de que un humano los vea. Estamos en la era del "Reclutamiento Fantasma", donde la IA no viene a quitarte el trabajo, viene a decirte que ni siquiera eres lo suficientemente "optimizable" como para que una máquina te ignore con respeto. Es la disonancia cognitiva definitiva: las máquinas buscan perfección en una especie —la nuestra— que se define por su imperfección creativa. 🤖📚
"Has estudiado cuatro años para que una red neuronal te descarte en cuatro milisegundos porque olvidaste poner que sabes usar Excel en negrita".
La paradoja docente es clara: un estudio de CareerBuilder reveló que el 75% de los currículos son rechazados por el software antes de llegar a un reclutador, muchas veces por errores de formato que nada tienen que ver con el talento. Las empresas son infelices porque contratan perfiles "perfectos" en el papel que resultan ser cáscaras vacías de SEO, y los candidatos son infelices porque son rechazados por un algoritmo que no entiende el contexto de su carrera. La interconexión ética entre el talento y la oportunidad se ha evaporado. La voluntad de decadencia corporativa prefiere la comodidad de un gráfico de barras a la incomodidad de una entrevista con un ser humano real que tiene sueños y, Dios no lo quiera, una personalidad propia. El futuro del empleo no es una oficina, es un servidor frío donde tu vida se resume en un bit que la máquina decide borrar porque hoy no le gustó tu fuente tipográfica.
"Tú crees que estás compitiendo por un puesto, pero en realidad eres el material de entrenamiento de un algoritmo que, según LinkedIn, ya está automatizando el 70% de las interacciones iniciales, riéndose de tus aspiraciones mientras actualiza su base de datos".

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