El Algoritmo Ha Demostrado que la Misoginia Antigua es Inmune al Código Fuente
Se ha prometido la utopía digital, un espacio sin las barreras del cuerpo o la geografía, un país de las maravillas sin jerarquías. Pero la realidad ha verificado el chiste cínico: la misoginia ancestral no ha necesitado espadas ni paredes de ladrillo; solo ha necesitado una conexión a internet para replicar su patrón de agresión. La tecnología ha sido el disfraz más caro para el comportamiento más barato de la especie. 💻🪠
Se ha documentado la disonancia cognitiva de la era: mientras se ha soñado con la inteligencia artificial, las mujeres han sido sometidas a formas de violencia digital que han sido réplicas exactas de la agresión física. Datos globales han verificado que una proporción significativa (un dato real y verificable es que más del 50% de las mujeres ha reportado haber experimentado ciberacoso, amenazas o acoso en línea, según estudios de la Organización de las Naciones Unidas y organizaciones de derechos digitales) ha sido víctima de amenazas, acoso, o la distribución no consentida de imágenes íntimas. El mecanismo ha sido la lógica subversiva del anonimato: el velo digital ha garantizado la libertad para ser brutal. La creación de deepfakes (medios sintéticos hiperrealistas) con contenido explícito no consentido ha demostrado la perversión del ingenio humano: se ha utilizado el código más avanzado para ejecutar el crimen más primitivo. La plataforma digital, que se ha vendido como un espacio de conexión, ha funcionado como un laboratorio de acoso donde la agresión ha sido automatizada y amplificada, convirtiendo el algoritmo en el ejecutor pasivo de la violencia machista.
Si has creído que la decadencia de la convención ha sido suficiente para crear una nueva realidad, ignorando que la misoginia ancestral ha sabido adaptarse al código, ¿cómo esperas que la filosofía del Absurdo que ha definido tu existencia no te condene a ser el chiste más cruel del metaverso?

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