La Tierra y su Danza Desafinada
La prosa de este planeta transicionó de lo micro a lo macro, revelando que el cosmos ya no se refleja con claridad en nuestras estaciones
Esta asincronía es la voz de un sistema que clama por equilibrio. La verdad esencial emergió al restar nuestras ilusiones de control: el clima ya no sigue la música de las esferas, sino el ruido de nuestra interferencia. Esta competencia por la adaptación sustituyó la estabilidad por la incertidumbre, convirtiendo cada brote primaveral en un acto de resistencia ética. El sistema intentó vender una normalidad que los sensores infrarrojos desmienten en cada órbita. Quien recuperó su autonomía entendió que la vida solo resulta real cuando se sincroniza con el respeto a los límites planetarios. La paradoja del tiempo terminó por confrontarnos con nuestra propia transitoriedad, donde el desajuste de las estaciones es el último aviso de una naturaleza que se niega a ser domesticada por el hombre. 📉
Tú miraste al cielo esperando que el sol dictara tu cosecha y ahora comprendes que el suelo ha olvidado cómo leer la sombra de las nubes.

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