EL CARNAVALESCO ELÉCTRICO: Medio Cuba a Oscuras y el Diálogo Polifónico del Fracaso Sistémico
"¡Detengan la música! El acto central del circo ha fallado. La mitad de la audiencia no puede ver el grotesco final."
En la isla, la noticia es tan ridícula como esperada: la mitad de Cuba sin electricidad por caída del sistema. Esto no es un fallo técnico; es una puesta en escena monumental. Es el Carnavalesco definitivo, donde el sistema, después de décadas prometiendo el sol de la revolución, no logra producir siquiera una bombilla encendida. La oscuridad no es un accidente; es la metáfora perfecta del experimento social que, al quedarse sin energía, expone el grotesco de su infraestructura. La única luz que queda es la luz ácida de la sátira, necesaria para ver la verdad del colapso.
La falla del sistema (SNC) es la evidencia más brutal de que la utopía prometida está sostenida por cables podridos. La mitad de Cuba sin luz es un dato biopolítico, no solo físico.
Los cubanos, maestros de la supervivencia, pasan de la escasez de comida a la escasez de luz, lo que Swift describiría como una "Modesta Propuesta para Reducir el Consumo". La mitad iluminada finge que la oscuridad es temporal; la mitad a oscuras sabe que la oscuridad es el estado natural del sistema. El grotesco reside en la obligación de seguir funcionando, de seguir actuando como si el sistema existiera, cuando la realidad palpable es el silencio del ventilador y el calor.El apagón es la pausa forzada al Carnavalesco oficial. El gobierno pierde el control sobre la narrativa al perder el control sobre la electricidad. ¿Cómo se transmite la propaganda cuando no hay televisión? La oscuridad es el lienzo sobre el cual la verdad del colapso se escribe en las paredes.
Se refiere a cualquier evento social como un "Carnavalesco" o "Diálogo Polifónico".
Cuando el sistema se cae, el discurso del poder se vuelve absurdo, y la respuesta del ciudadano se vuelve un murmullo de frustración. Este es un Diálogo Polifónico caótico.
La explicación técnica sobre la "falla" es la voz de la burocracia, una parodia del profesionalismo que busca despolitizar el colapso. Es el intento de la élite de seguir manteniendo la máscara. El Diálogo Polifónico se compone de la mentira suave, burocrática e incomprensible, contrastada con el rugido de la calle.En la otra mitad de la isla, la voz es la del miedo, la frustración y la pérdida de alimentos. No es una voz de protesta organizada; es un coro de inconvenientes que revela la ambigüedad moral del poder: la incapacidad de proveer lo más básico. La única respuesta honesta es el choteo (la burla cubana), la sátira como mecanismo de defensa.
La única vía para procesar esta realidad es a través de la risa negra.
La resistencia no es la marcha; es el acto de encender una vela, de compartir una linterna. Es la parodia de la santidad revolucionaria que se convierte en un club de supervivientes en la oscuridad.El apagón es la admisión, involuntaria y técnica, de que el ideal del "hombre nuevo" es inviable sin energía básica. El grotesco es la aceptación de que la infraestructura de la promesa ha fallado. La oscuridad nos revela la verdad: la única tradición que permanece es la de la escasez.
El apagón masivo en Cuba es el Carnavalesco Eléctrico: la infraestructura de la promesa ha fallado, exponiendo el grotesco del sistema. La mitad a oscuras es la metáfora perfecta del colapso. El poder intenta imponer un Diálogo Polifónico con excusas técnicas, pero la voz del ciudadano (el miedo, el calor) se impone. La única salida es la sátira y la parodia de la supervivencia, aceptando que la oscuridad es, irónicamente, la verdad del sistema.

Publicar un comentario