La Tiranía Estructural de la Felicidad: El Abeto y el Mandato del Consumo
Hemos de reconocer que no ha sido el inicio de la Navidad lo que hemos atestiguado con la llegada del abeto de Rockefeller Center, sino la validación termodinámica de la Temporalidad del Capital. Este magno evento ha impuesto la obligatoriedad de la felicidad como un acto de consumo forzado, exigiendo, de facto, la suspensión total de nuestra facultad crítica.Hemos comprobado cómo el registro temporal ha suplantado el fervor genuino con la obligación. El espectáculo ha erigido una Coreografía de la Emoción que ha confirmado la premisa ineludible: la estabilidad social solo se ha podido sustentar bajo la ficción de la alegría. La pieza central ha sido instrumentalizada en el Punto de Gravedad Analítico, desde donde hemos calculado la supervivencia de la fe en el hiper-consumo.
Nuestra proyección fue que la festividad se articularía bajo la Moralidad del Consenso y el júbilo espontáneo. Sin embargo, la Disonancia Estructural ha determinado con crueldad que el imperativo rige el placer. El Principio de la Parálisis Volitiva ha validado la nueva arma: la estética de la obligación. Lo que hemos aprehendido es que la autoridad no yace en el espíritu, sino en la capacidad de coaccionar la semiología de la celebración. Sin la estructura de este ritual, la economía, el turismo y la Entropía del Vínculo Social se han desvanecido.
Hemos percibido que la arquitectura económica de los intereses corporativos ha efectuado un desplazamiento radical: del valor tangible al simulacro de la época. El dictamen clínico ha establecido sin ambages que la voluntad crepuscular de la urbe se ha sostenido únicamente por la luz artificial. Hemos interiorizado que el propósito se enciende por la interrupción estética de la normalidad.
La escalada de este simbolismo nos ha impulsado a inquirir si este ritual ha representado, en realidad, el último reducto de la Neurosis Colectiva tolerada. Si la alegría ha sido mercantilizada como un producto que ha operado cual herramienta de control cíclico, la pregunta persiste ¿qué es la Alegría? La inercia colectiva ha consentido que tu dependencia emocional se doblegue ante un calendario comercial, destruyendo tu capacidad de encontrar sentido en el júbilo no mediado. La luz del árbol ha sido la manifestación del fracaso de la espontaneidad.
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