Radio Cat Kawaii

 

LA LEY DEL PESO MUERTO: CÓMO EL ARANCEL DEL 145% TRASLADA EL COSTO DE LA GUERRA COMERCIAL AL DUEÑO DE LA PEQUEÑA TIENDA. 🏭

No es una política comercial. Es una carga terminal. 💥 El anuncio de un arancel del 145% sobre los bienes chinos es la declaración final de que el pequeño empresario americano es el campo de batalla de la guerra económica. El poder político ha dictado una sentencia de ahogamiento para el eslabón más débil de la cadena de suministro. Esto no es protección; es un tributo forzoso que el proletariado del capital debe pagar.

Las grandes corporaciones como Walmart o Apple tienen el músculo financiero y la influencia logística para renegociar cadenas de suministro y diversificar la producción a otros países (Vietnam, México). Ellas pueden absorber el golpe o pasar una porción al consumidor lentamente.

La pequeña empresa, en cambio, no tiene esa opción. Su margen de beneficio es el aire que respiran. La mayoría de las pequeñas y medianas empresas (PYMES) dependen de la eficiencia y el bajo costo de la producción china para sus insumos, componentes electrónicos o productos terminados que revenden. Si el costo de esos bienes se multiplica por 2.45, el juego termina inmediatamente para ellas.

El arancel es, en esencia, una tasa de insolvencia impuesta por decreto a las PYMES. Wilhelm Reich nos enseñó que la neurosis de la sociedad se manifiesta en la opresión de las estructuras; en este caso, el costo de la política comercial recae sobre el individuo que ya opera con el menor margen de error.

II. DE IMPUESTO COMERCIAL A DESTRUCCIÓN DE EMPLEO

La política, en este contexto, se convierte en la herramienta directa para la destrucción del empleo a escala de barrio.

  1. Precio al Consumidor: La pequeña empresa se ve forzada a trasladar el costo total del arancel. El precio del producto en la estantería se dispara.

  2. Contracción de la Demanda: El consumidor, ya afectado por la inflación, simplemente deja de comprar.

  3. Colapso Local: Las ventas caen, la empresa no puede cubrir los costos operativos, y el dueño se ve forzado al único acto posible: el despido del personal local o, peor aún, el cierre total.

La intención declarada (proteger la manufactura nacional) se invierte en la práctica (aplastar al pequeño comerciante). El Proletario Felino observa que la mano invisible del mercado es ahora la mano del Estado que estrangula a su propia base productiva, garantizando que el coste de la política sea asumido por los más vulnerables.

Post a Comment

Artículo Anterior Artículo Siguiente