EL RIESGO CERO: La Suspensión del Asilo Como Instrumento de Gestión de Capital Humano
El asilo no es un derecho humano; es, en la práctica política, una inversión de riesgo. Si el cálculo de la élite indica que el "capital humano" migrante es una variable volátil, la solución es simple: detener la transacción. La suspensión de todas las decisiones de asilo es la ejecución de una cláusula de fuerza mayor en el contrato social. El mercado de la humanidad ha declarado "default". 📉🧮
La decisión de suspender las decisiones de asilo no es un acto de crueldad; es un cálculo de portafolio ejecutado por el Estado, que se concibe a sí mismo como una corporación de riesgo.
Los solicitantes de asilo no son individuos con una historia de trauma; son pasivos pendientes en la hoja de balance nacional. La suspensión de las decisiones elimina inmediatamente el riesgo de litigio y el costo de procesamiento (costo/beneficio). El asunto humanitario se convierte en un problema de inventario. Al congelar las decisiones, el sistema no solo gestiona la carga de trabajo burocrática; también envía una señal de mercado clara: el costo político de la migración es demasiado alto para la liquidez actual del sistema. La frontera es simplemente la sala de operaciones donde se administra el flujo de capital humano.
La élite muestra su decadencia al priorizar la utilidad sistémica sobre la crisis existencial. La ley se convierte en un instrumento de gestión de riesgo, diseñada para proteger la comodidad del status quo y no la vida del solicitante.
Nosotros observamos el triunfo final de la tiranía del mercado. El asilo, el último vestigio de humanismo en la ley internacional, ha sido sometido a la lógica de la máxima rentabilidad política. Cuando el valor humano no puede ser cuantificado en términos de ganancia inmediata o utilidad económica, simplemente se le asigna un valor de RIESGO CERO, lo que implica su paralización y, por ende, su negación existencial. La sentencia es lapidaria: si no eres una inversión, no existes.
La suspensión de las decisiones de asilo es la confirmación nihilista de que el Estado opera como una aseguradora: prioriza el riesgo financiero sobre el derecho humano. Los solicitantes no son personas; son pasivos pendientes. El asilo ha sido puesto en la congeladora porque su costo político es más alto que su rentabilidad inmediata.

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