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👑 El Escenario Silencioso: México Como Telón de Fondo de la Guerra Existencial entre Israel e Irán

Si de verdad creemos que el gobierno de México no tenía "reporte alguno" sobre el presunto plan, nosotros debemos cuestionar nuestra propia fe en la soberanía. Nosotros debemos preguntarnos: cuando dos potencias globales deciden usar tu territorio como un tablero de ajedrez, ¿tu país es realmente un Estado neutral, o solo es el escenario de una tragedia ajena?

 Los gobiernos de Israel e Irán, acaban de escenificar la última jugada de su guerra de sombras, y el escenario elegido fue la capital mexicana. La denuncia israelí sobre un supuesto plan orquestado por un cuerpo de élite iraní para atentar contra su embajadora se topa inmediatamente con la negación categórica de Teherán, que lo califica de "invento mediático". El dilema no es nuevo, pero la ubicación es crítica.

 Nos fuerzan a ver la Ley de la Irrelevancia del Escenario. El plot, contenido o no, real o inventado, tiene una utilidad geopolítica brutal: Israel proyecta la amenaza de un terrorismo global sin fronteras, buscando apoyo internacional. Irán, al negar la acusación, mantiene su principio de ambigüedad calculada y niega a sus enemigos la certeza de la represalia. Para ellos, el cuerpo diplomático de la embajadora no es una persona; es un target narrativo.

Han convertido a México en un eslabón débil en su conflicto existencial. El país, que se aferra a su política histórica de no intervención, es silenciado por la narrativa de que todo territorio es un potencial campo de batalla. La soberanía mexicana se ve minada porque el incidente demuestra que las agencias de inteligencia extranjeras operan en su suelo, utilizando sus vulnerabilidades para proyectar poder y miedo.

La verdad profunda es que el fin principal de esta jugada no era asesinar a la embajadora, sino asesinar la ilusión de la paz diplomática en un país supuestamente neutral. En el ajedrez global, la crisis no es un error que deba corregirse; es un activo estratégico que debe administrarse.

Y la pregunta que nos interpela a todos, a ti que habitas este telón de fondo, no es quién miente. La pregunta verdaderamente cínica y pertinente es: Cuando la guerra de otros se libra en tus calles y tu gobierno no tiene "reporte alguno," ¿tu neutralidad te protege de la bala o simplemente te convierte en el daño colateral que nadie denunciará?

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