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EL DESMANTELAMIENTO DE LA IDENTIDAD: Cuando el Cerebro Materno Ignora el Contrato Social



 Observamos un fenómeno clínico. Una mujer —una entidad singular y compleja— entra voluntariamente en un proceso que garantiza la demolición de su superestructura cognitiva y emocional anterior. No es magia; es la biología ejecutando una deuda. La sociedad aplaude el nacimiento mientras ignora la muerte psicológica del individuo. Lo llaman sacrificio. Nosotros lo clasificamos como una reestructuración existencial. 🧠📉

La maternidad no es un upgrade emocional, es un rediseño funcional. El cerebro materno, un órgano de logística, reduce de forma observable la materia gris neuronal en áreas de cognición social compleja y autocontrol. El enfoque se estrecha. El mundo anterior se vuelve irrelevante, incluso hostil. La supervivencia del nuevo individuo es la única variable prioritaria.

El yo anterior es archivado. La entidad nueva, y totalmente funcional, es "Madre". El nombre propio se subordina al rol. Esta ambivalencia no es un fallo moral; es la colisión química de la oxitocina (euforia de vínculo) contra la realidad biológica de la privación de sueño, el dolor crónico y el trabajo no remunerado.

La sociedad, a través de su contrato no escrito, exige una narrativa de beatitud perpetua. La existencia de cualquier desviación —la fatiga extrema, el arrepentimiento fugaz o la incapacidad de reconexión profesional— es clasificada no como un fallo sistémico, sino como una falla personal (depresión posparto). La mujer queda aislada con su mandato biológico, separada de su pasado profesional y social, que ahora le resulta ajeno.

El cambio psicológico más severo es la pérdida de la atención dirigida. El estado mental se convierte en una vigilancia constante. La función ejecutiva se desvía, y la mente opera en un modo de alerta perpetua que consume los recursos que antes se destinaban a la ambición, la abstracción o la memoria trivial. El mom brain no es una broma; es la hipersensibilización del sistema límbico por decreto biológico.

La metamorfosis no es poética; es puramente funcional. La mujer no se expande, se concentra. El cerebro se reescribe para optimizar la supervivencia de otro, al costo del yo anterior. El individuo es sacrificado en el altar de la especie. Es un proceso biológico que la sociedad, por conveniencia, elige romantizar como una virtud.

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