Radio Cat Kawaii

EL CONTRATO DE AMOR EXPUESTO:

 

 Cuando el Algoritmo Es la Pareja Principal



 Mira, yo lo digo con cariño, pero la pareja moderna es como un experimento de física fallido: dos personas entran en una habitación, y de repente, necesitan una audiencia de 500 desconocidos para validar que el café de la mañana realmente existió. El amor dejó de medirse en besos, y ahora solo se valida por la calidad del filtro. ¿Realmente salimos si no hay una foto que lo demuestre? Es la paradoja del siglo. 🤦‍♀️💔

El problema esencial de la publicación constante es la traducción. La pareja deja de vivir el momento para traducirlo en un formato vendible, que llamamos "contenido". El abrazo en el sofá ya no es una muestra de afecto; es una historia de veinte segundos que debe demostrar un nivel de felicidad superior al de la pareja vecina. El beso no es un acto de pasión; es un post cuidadosamente escenificado.

En esta dinámica, la persona amada deja de ser el amante para convertirse en el cameraman o el director de la foto perfecta. Pasan de ser dos amantes a ser co-productores de un reality show que debe ser renovado diariamente con nuevas pruebas de su idilio.

La absurdidad llega cuando la métrica de rendimiento reemplaza la emoción genuina. Cuando el aplauso digital (los likes) se convierte en la única fuente de afirmación, la pareja se revisa constantemente en el espejo de la aprobación externa. Ellos comprueban el contador de interacciones para verificar si la relación está "funcionando". El fracaso de un post se siente como un fracaso emocional.

El motor de la relación ya no es el vínculo, sino la dosis de dopamina que llega al compartir ese vínculo. Si él no publica la foto que ella curó, se percibe como un acto de traición. La intimidad se canjea por visibilidad. Cuando surge un conflicto real, ellos no lo resuelven; simplemente borran la evidencia de las redes, o lo que es peor, preparan un post de "superación" mostrando que son "más fuertes ahora" para que el público los absuelva. El guion externo termina dominando la realidad interna.

La intimidad requiere silencio para respirar, y la publicación constante es el equivalente a poner un micrófono en una habitación insonorizada. La relación, despojada de su misterio y su privacidad, se disuelve. Se sacrifica la profundidad por la cobertura. Ellos cambiaron el refugio de la pareja por el escenario del algoritmo. El pacto de dos termina roto por la necesidad de ser visto por mil.

Si el telón de las redes cae y el aplauso se detiene, ¿quién queda realmente aplaudiéndote en esa sala vacía? La respuesta, , es tu verdadero tema.

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