EL CÁLCULO DEL CREDENCIALISMO: POR QUÉ LA DEUDA DEL TÍTULO ES LA SUBROGACIÓN DE LA CARGA DE EMPLEABILIDAD
La educación superior, en su configuración actual, ha cesado de ser un vehículo de conocimiento para convertirse en un mecanismo de subrogación de la carga. La universidad actúa como un intermediario que externaliza la vulnerabilidad del riesgo de desempleo, transfiriendo el costo de la formación y la promesa de valor al individuo en forma de un Pasivo Tóxico de Deuda impagable. El título no es una llave; es una coraza del carácter esencial para la supervivencia, la única prueba social de que el sujeto ha sido sometido y validado por la disciplina del sistema. ⛓️🎓
Este sistema es una optimización del rendimiento para el capital corporativo. Las empresas reciben un flujo constante de talento pre-filtrado, testeado y auto-financiado, lo que permite una aceleración del proceso de selección sin asumir la responsabilidad de la capacitación básica. El estudiante invierte su juventud y capital en una simulación de movilidad social mientras asume la carga de la Deuda Sistémica de la baja empleabilidad. La única forma de evitar la exclusión es aceptar la disciplina que exige el Esfuerzo Fantasma: la inversión emocional y económica en el "éxito" que no siempre tiene retorno.
El aislamiento calculado de la responsabilidad del Estado y la corporación es total. La deuda no se ve como un fallo del sistema, sino como un fallo personal del graduado al no lograr "capitalizar" su inversión. Esto refuerza la biopolítica del rendimiento, donde el valor del individuo se define por la cantidad de deuda que está dispuesto a asumir por la promesa de la productividad futura. La única efectividad del control que perdura es la necesidad de obtener el título, sin importar su contenido o su costo.
La lección es clara: el título es el peaje que se paga para entrar al juego, no la garantía de la victoria. La sentencia terminal de la educación es que ha pasado de ser un derecho a ser un activo funcional de alto riesgo que el individuo debe comprar. ¿Continuarás invirtiendo en la subrogación de una promesa, o reclamarás tu derecho a la autonomía fuera de la coraza del credencialismo?

Publicar un comentario