El Muro de la Tinta: Cómo el Sistema Vuelve Cero la Fuerza de Trabajo de los Desplazados.



"Tu esfuerzo no vale nada si no se ajusta al formulario del Poder."


Se observa que esta caravana no es simplemente un grupo de gente en movimiento, sino una fuerza de trabajo desposeída que intenta desesperadamente negociar un nuevo contrato social. Cuando declaran con resignación: "No queremos ir a EE.UU.", están, de facto, ofreciendo su sudor, su músculo y su futuro a México. Pero el Estado, fiel a su compromiso con la clase dominante, les contesta con el arma más cobarde y sutil de todas: el papel. La declaración es ineludible: la burocracia no es un error administrativo; es el nuevo gas venenoso contra la voluntad inquebrantable del trabajador.

 La pregunta clave que debemos plantear es: Si la única cosa tangible que tiene el migrante es su esfuerzo físico y su voluntad inmensa de trabajo, ¿cómo logra el sistema convertir sistemáticamente esa energía humana vital en una pila inútil de documentos inertes y por qué el Estado prefiere el costo político de la inacción a largo plazo, en lugar de cosechar el beneficio inmediato de absorber y legitimar esa fuerza laboral?

El brutalismo narrativo obliga a una respuesta cruda: el sistema convierte el esfuerzo en papel porque el Poder no quiere al trabajador digno; quiere la sumisión total. La burocracia no debe confundirse con la ineficiencia; es, en esencia, una táctica de desgaste calculada para aniquilar la resistencia. El Estado prefiere la inacción porque sabe que, al prolongar indefinidamente la espera, el individuo se verá forzado a la ilegalidad, abaratando brutalmente su coste de mano de obra y facilitando su explotación silenciosa por el capital furtivo que opera en las sombras.

 Si el valor de una vida entera se reduce a la lentitud exasperante de un sello de goma, ¿cuál es el mecanismo psicológico diseñado por los poderosos que hace creer al migrante que su derrota es un fallo puramente legal y no una decisión política activa diseñada específicamente para anular y devaluar su mano de obra antes de su uso?

El mecanismo es la Ilusión de la Legalidad. Se inocula la creencia de que el fracaso es por un formulario mal llenado. Se le obliga a gastar su última energía, su último recurso, luchando no contra el sistema opresivo, sino contra el papeleo que ese mismo sistema diseñó para oprimirlo. La rendición es administrativa, no física.

 El esfuerzo humano y la vida solo son valiosos si están registrados en las bases de datos del Capital. La Paradoja Lógica es que, el Estado niega el trabajo legal y legítimo para forzar la creación inmediata de un mercado negro de mano de obra barata y completamente explotable.

La derrota final de estos trabajadores no es infligida con un muro de acero, sino con un muro de tinta. El único "muro" real en México es la burocracia que protege al capital de tener que pagar el precio justo por la dignidad humana y el sudor del esfuerzo.


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