LA ENERGÍA Y EL IMPULSO: Deseo Sexual Y Libido Como El Ego Y La Sombra De La Psique


 En el diván de la psicología, Libido y Deseo Sexual no son sinónimos. El Deseo es la manifestación consciente y puntual del apetito sexual, fuertemente influenciado por la cultura y el estrés. La Libido, por el contrario, es la energía psíquica arquetípica que, aunque históricamente vinculada a la sexualidad por Freud, es para la psicología analítica de Jung el motor vital que impulsa la individuación.


La distinción entre el Deseo Sexual y la Libido es fundamental para comprender la naturaleza humana y el origen de las disfunciones. Confundirlos es como asumir que el caudal de un río es idéntico a una sola ola en su superficie.

1. Libido: El Motor Universal 

El término Libido tiene una carga histórica y una dimensión profunda que trasciende la cama:

  • Libido según Freud: Originalmente, Freud la definió como la energía de las pulsiones (drives), específicamente las sexuales (Eros), que busca la gratificación del placer. Es una fuerza instintiva residente en el Ello.

  • Libido según Jung (Psicología Analítica): Carl G. Jung rechazó la reducción freudiana y expandió la Libido a una energía psíquica general. Es la fuerza vital que motiva todo comportamiento, sea sexual, espiritual, creativo o intelectual. Según este enfoque, cuando no se dirige hacia la sexualidad, la Libido se canaliza hacia otros intereses, como el arte, la filosofía o el trabajo (mecanismo de sublimación). Es la energía que impulsa al Sí mismo a la realización.

En este marco, la Libido es la fuente dinámica e inconsciente de toda motivación, un concepto que no podemos "encender" o "apagar" a voluntad.

2. Deseo Sexual: El Impulso Modulado por la Conciencia

El Deseo Sexual (Sexual Desire) es el término utilizado por la sexología y la neurociencia actual. Es:

  • El impulso consciente: Son las "ganas de tener sexo" o la búsqueda de contacto íntimo. Es la experiencia subjetiva que nos mueve a la acción.

  • Altamente variable: A diferencia de la Libido (que es una energía constante), el Deseo es dinámico. Está en la primera línea de la respuesta sexual y es fácilmente modificable por factores externos y psicológicos:

    • Neuroquímica: Está mediado por la Dopamina (motivación y búsqueda de placer) y modulado por hormonas.

    • Psicología: El estrés, la ansiedad, la autoimagen, la rutina y la calidad vincular de la pareja son factores determinantes en su disminución o aumento. Como señala la psicología (Horney), los conflictos relacionales y la ansiedad anticipatoria son grandes destructores del Deseo.

En esencia, la Libido es el motor interno de 8 cilindros (la fuerza vital) y el Deseo Sexual es el acelerador (el impulso que presiona el Ego para actuar). Cuando el Deseo baja, no significa que la Libido haya desaparecido; a menudo, significa que esa energía se ha regresado o se ha desviado hacia la ansiedad, la sobrecarga laboral o un conflicto vincular. La tarea terapéutica es rastrear el curso de esa energía.

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