EL LÍMITE DE LA LEY: La Postura De Sheinbaum Como Defensa Contra La Intervención Ilegítima De La Guerra Antidrogas


 La presidenta Claudia Sheinbaum ha elevado la voz de México contra los ataques militares de EE.UU. a presuntas narcolanchas. Su postura no es de indulgencia, sino de resistencia estructural: la lucha contra el narcotráfico debe subordinarse a las leyes internacionales, defendiendo así la soberanía de América Latina ante la peligrosa tentación del militarismo unilateral.


La declaración de la presidenta Sheinbaum de que México "no está de acuerdo" con los ataques estadounidenses en aguas internacionales es un acto de realismo político en un escenario global que se asemeja cada vez más a una distopía. En la lucha contra el absurdo del narcotráfico, la acción de EE.UU. introduce un nuevo factor de caos: el uso de la fuerza militar letal fuera de su jurisdicción, sin el debido proceso legal.

La Defensa de la Estructura Legal

El eje de la crítica mexicana es el protocolo legal. Sheinbaum lo enfatizó: "Hay leyes internacionales de cómo tiene que operarse frente a un presunto transporte de droga de manera ilegal o armas en aguas internacionales".

Esto se traduce en varios frentes:

  • Rechazo al Unilateralismo: México se opone al precedente de que un país se otorgue la autoridad de "policía global" para ejecutar ataques letales sin consultar o coordinar con los países de la región (Colombia ya había manifestado su desacuerdo). Este es un rechazo directo a la doctrina de la intervención.

  • Blindaje de la Soberanía: La postura se respalda en la reciente modificación al Artículo 40 de la Constitución Mexicana, que busca fortalecer el sentido de soberanía y actuar como una barrera legal ante cualquier intento de injerencia. La diplomacia mexicana exige que la colaboración se base en el respeto, no en la subordinación.

  • La Justicia vs. La Fuerza: Desde la óptica de México, la aniquilación de presuntos narcotraficantes en alta mar cierra la puerta a la justicia y la obtención de inteligencia. En su lugar, promueve una solución simplista y violenta que no ataca la raíz del problema, sino solo sus síntomas, transformando la guerra en una purga extralegal.

La declaración de Sheinbaum es una advertencia clara: mientras la colaboración es necesaria para combatir el tráfico de drogas, la soberanía no es negociable. México exige que el combate al crimen más atroz se mantenga dentro de los límites de la ley internacional, evitando así caer en un régimen  donde el fin justifica cualquier medio.

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