El Complejo de Desamparo de la Voluntad (C.D.V.)



La aversión profunda a la democracia no reside en un fracaso de la teoría política, sino en una neurosis colectiva de la mente moderna. El rechazo al sistema de consenso y deliberación es, en su raíz más oscura, un mecanismo de rendición psíquica. La democracia exige al ciudadano la carga cognitiva más pesada de la vida adulta: la auto-responsabilidad de decidir, de tolerar la ambigüedad y de vivir en la incertidumbre constante. Este peso, esta fricción, resulta insostenible para una psique fatigada.

Este fenómeno se diagnostica como el Complejo de Desamparo de la Voluntad (C.D.V.): el individuo, buscando la eficiencia energética neurológica, prefiere la paz de la sumisión al terror paralizante de la autonomía. El sistema democrático es, por definición, de alta fricción (debate interminable, negociación constante, culpa compartida). La ciencia cognitiva valida este punto: el cerebro halla un "descanso cognitivo" instantáneo en las decisiones binarias simples ("Sí/No", "Amigo/Enemigo"), frente al esfuerzo que exigen los datos descentralizados y la deliberación. La mente, agotada, se rinde ante el desafío.

La autocracia, en contraste, se presenta como un refugio. El líder absoluto se convierte en la máscara del Padre Absoluto, la figura que dicta la única verdad, elimina la incertidumbre y absuelve al ciudadano de la culpa. Si el sistema colapsa, la responsabilidad no recae en el voto o la apatía; ha sido transferida a una única figura visible. Es por esto que George Orwell sentenció que El objeto del poder es el poder. Porque el poder puro es la máxima simplificación de la existencia.

El auto-sabotaje más profundo de la psique humana es la elección de la certidumbre cómoda de ser oprimido sobre la ansiedad existencial de ser libre. Al abrazar la simpleza ideológica, se evita la introspección que revelaría la propia vulnerabilidad y la incapacidad para sostener la complejidad. La rendición a la tiranía es, para la psique neurótica, la decisión más cómoda. El rechazo a la democracia es el grito silencioso de una mente que ha elegido la sombra sobre el desafío de la luz.



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