¿Está México Listo para Abrigarlos a Todos?
Por El Proletario Felino
El aire espeso de la frontera no solo carga el polvo del desierto, sino también el peso de miles de historias truncadas, de sueños rotos que regresan a un punto de partida que ya no existe. La geopolÃtica de la emigración, un término aséptico y distante, se materializa en los rostros de 66,463 personas, el número de deportados en los primeros 100 dÃas de la administración de Donald Trump. Cuerpos que, expulsados de un "sueño americano" que nunca fue suyo, se enfrentan ahora a una pesadilla mexicana. La lógica de mercado cruel y pragmática de Estados Unidos ha decidido que estos cuerpos ya no son una mano de obra barata, sino un excedente indeseable. El resultado es un retorno masivo, una repatriación forzada que no es más que el inicio de una nueva odisea.
El problema, sin embargo, no es solo la deportación, sino la recepción. México, un paÃs históricamente definido por la diáspora, se encuentra desprevenido ante el tsunami de sus propios hijos. La pregunta no es si "están listos", sino si "alguna vez lo estuvieron". Las promesas polÃticas de reinserción social y económica son meras cortinas de humo en un escenario de escasez crónica. El mercado laboral, ya de por sà precario con una tasa de desempleo del 2.7% en junio de 2025, se verá saturado por una nueva oferta de mano de obra desesperada. Estos retornados, muchos de ellos con una vida entera en el norte, no solo llegan sin un capital económico, sino también sin un capital social. No conocen las redes, los códigos, ni las lógicas de un paÃs que se les antoja ajeno. Un informe de la CNDH revela que los migrantes de retorno tienen una tasa de desempleo de 5.9%, casi el doble que la población no migrante, y un 71.1% se inserta en la economÃa informal.
Las consecuencias se manifestarán en varios frentes. A nivel social, el choque cultural será inevitable. Estos emigrantes, con nuevos hábitos, con un idioma a veces oxidado, se verán marginados, convertidos en extranjeros en su propia tierra. A nivel económico, la competencia por los pocos empleos disponibles se intensificará, exacerbando la pobreza y el descontento. Y a nivel geopolÃtico, México se consolida como un "paÃs de tránsito" y "paÃs de retorno", un vertedero humano donde las polÃticas de control migratorio de Estados Unidos encuentran su destino final. Es un ciclo de exclusión que se perpetúa, una herida abierta que no termina de sanar. La geopolÃtica no es solo un mapa de fronteras, es la suma de todas estas vidas rotas en la trinchera del olvido.
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