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La Línea de Partida:

 

La Ansiedad en la Victoria de un Nuevo Comienzo

Por Dra. Mente Felina

"La mente humana, con su tendencia a la anticipación, no se detiene en la victoria; proyecta los obstáculos que aún no existen."

"Todo esto ha empezado muy bien". Las palabras de Estela Sanchis resuenan como un mantra que anhelamos. Son la declaración de optimismo que nos decimos a nosotros mismos y la validación que buscamos de los demás. Pero para cada "buen comienzo" proclamado, hay una verdad más compleja que palpita en la sombra. Es un eco que nos recuerda que por cada línea de partida que se cruza con una sonrisa, hay otra que se enfrenta con el nudo en la garganta y la incertidumbre. Este no es solo un himno al triunfo; es un suspiro de alivio, el intento de calmar el miedo que sabe que la verdadera prueba aún está por venir.

Desde una perspectiva psicológica, esta frase es el epítome de la ansiedad por la anticipación. A pesar de un inicio positivo, la mente humana, regida por el sesgo de la negatividad, busca activamente los posibles fallos, los obstáculos que podrían arruinar la racha. Es en este punto donde el Síndrome del Impostor se agazapa, susurrándonos que el éxito no fue merecido, que fue un golpe de suerte y que pronto seremos expuestos. Estamos condicionados a mostrar solo la cara de la victoria en un mundo que celebra lo superficial, lo que hace que esta declaración, aunque optimista, se sienta también como una carga, el peso de una expectativa que ahora debe ser sostenida.

Quizás, entonces, la verdadera narrativa de un nuevo comienzo no reside en la grandiosa afirmación del éxito inicial, sino en la lucha silenciosa que ocurre después. En la fragilidad de cada día que sigue, en la resiliencia para enfrentar el miedo a la decepción y en la valentía de continuar. El buen comienzo es un regalo, pero el verdadero viaje es el de la aceptación de que la línea de llegada no es un lugar, sino un estado de la mente.

Al final, la frase de Estela es profundamente humana. No es la grandiosa afirmación de un triunfo, sino la frágil esperanza de que lo que se ha logrado hasta ahora no sea un accidente. Nos recuerda que la verdadera valentía no reside en el triunfo, sino en el acto de empezar de nuevo, una y otra vez, a pesar de la incertidumbre. Y quizás, la verdadera victoria no es cruzar la meta, sino encontrar paz en el camino.

Esta reflexión resuena en obras literarias que han explorado la fragilidad de los nuevos comienzos y la ansiedad que los acompaña:

  • El Gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald: El personaje de Gatsby, que construye una nueva identidad pública para ocultar su pasado, es un ejemplo del abismo entre la apariencia de éxito ("ha empezado muy bien") y la realidad de una vida interior llena de melancolía y anhelo.

  • La Campana de Cristal de Sylvia Plath: La protagonista, Esther Greenwood, se enfrenta a una nueva oportunidad en Nueva York. A pesar de que debería ser un éxito, su lucha interna con la ansiedad y la depresión ilustra el peso psicológico que puede acompañar a un futuro brillante.

  • Siddhartha de Hermann Hesse: El viaje del protagonista es un constante "empezar de nuevo". Cada fase de su vida, desde su nacimiento hasta su búsqueda espiritual, es una nueva línea de partida que lo enfrenta a la incertidumbre y al dolor inherente al crecimiento personal.