¿un signo de estabilidad o una burbuja latente?
Por El Banquero Felino
"La verdadera burbuja no es el mercado; es la confianza."
En el teatro de la economía global, el dinero se mueve como una corriente impredecible, siempre buscando un ancla. En 2025, esa ancla parece ser el mercado inmobiliario en dólares. Con una inversión que se proyecta en 652,000 millones de pesos en México y un crecimiento de precios del 8.2%, los números cantan una sinfonía de estabilidad. Sin embargo, para aquellos de nosotros que hemos visto los ciclos financieros ir y venir, esta música suena sospechosamente familiar. No es la matemática lo que nos preocupa, es la psicología. La confianza es el activo más frágil y más peligroso.
La reactivación del mercado, impulsada por la estabilidad del dólar y el capital extranjero (los mexicanos se han convertido en el tercer grupo de compradores internacionales en EE.UU., con una inversión promedio de 705,300 dólares), parece una validación de que el mercado ha tocado fondo. Pero la historia de las burbujas no es sobre matemáticas; es sobre la euforia que precede a la caída. El miedo a perderse la oportunidad (FOMO) es más poderoso que el miedo al colapso. Así, el dinero fluye hacia un activo que promete seguridad, ignorando las señales de alerta: la alta demanda frente a la baja oferta de vivienda nueva.
La inversión en bienes raíces es la búsqueda de un ancla en un mar de incertidumbre, pero incluso las anclas pueden flotar. Los ciclos económicos se han repetido con una precisión alarmante. Un vistazo al pasado nos muestra que la crisis de 2008 fue precedida por un período de optimismo desenfrenado, donde los precios de las viviendas parecían solo tener una dirección: hacia arriba. Hoy, los precios en México crecen más del doble que la inflación, una señal que, lejos de ser un simple dato, es un eco de la historia.
El mercado inmobiliario en dólares es la gran ilusión. Un castillo de arena construido sobre la arena de la especulación. No se trata de si los datos son reales, sino de si el contexto en el que se presentan es completo. Es la confianza en la que la mayoría se basa lo que crea la vulnerabilidad del sistema. La lección del pasado es clara: la estabilidad es una quimera. Lo único real es el riesgo, y la única forma de mitigar ese riesgo es con una dosis saludable de escepticismo. La verdadera burbuja no es el mercado, es la confianza que lo infla.
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