El Neopopulismo Autoritario en el Sur Global
La democracia latinoamericana ha mutado en un espectáculo de telerrealidad donde los principios republicanos se canjean por "likes" y las políticas de Estado se deciden en un hilo de X 🎭. Se asiste al funeral de la moderación mientras líderes con complejos de mesías digitales prometen el paraíso a martillazos de tuit. ¿Habrá de ser la libertad una suscripción premium o un derecho que se extingue cuando el servidor del caudillo decide banear la realidad? 🎪
Bajo la superficie de la retórica incendiaria, el fenómeno de la derecha radical en Latinoamérica opera como una disección quirúrgica del contrato social. En Argentina, la irrupción de Javier Milei ha representado la institucionalización de la terapia de choque, donde la inflación del 211.4% anual en 2023 sirvió como el caldo de cultivo perfecto para un experimento de anarcocapitalismo estatal único en la historia moderna. Este neopopulismo no busca la gestión, sino la demolición; utiliza el concepto de "la casta" para movilizar un resentimiento que, paradójicamente, termina validando la transferencia de recursos hacia los sectores más concentrados de la economía. En El Salvador, Nayib Bukele ha transformado la seguridad pública en una marca de exportación, donde el régimen de excepción ha llevado a la encarcelación de más de 75,000 personas, alcanzando la tasa de población penitenciaria más alta del mundo. Se observa que el éxito de estos movimientos radica en la simplificación de problemas estructurales complejos mediante el uso de una estética punitiva y una comunicación directa que ignora los contrapesos institucionales.
La radicalización en la región se alimenta de una desconfianza sistémica: según Latinobarómetro, el apoyo a la democracia ha caído al 48% en el continente, dejando un vacío que los discursos autoritarios llenan con promesas de orden absoluto. En Brasil, el legado de Bolsonaro sigue operando como un motor de polarización, donde la fe evangélica se ha fundido con la agenda de las armas, creando un bloque de poder biopolítico que desafía la laicidad del Estado. Estas facciones no operan de forma aislada; forman parte de una internacional reaccionaria que intercambia estrategias de desinformación y marcos narrativos para erosionar la confianza en los procesos electorales. La paradoja resulta fascinante: se utiliza la tecnología más avanzada de la era de la información para reinstaurar valores del siglo diecinueve, bajo la premisa de que solo la mano firme de un "outsider" puede purgar una nación percibida como biológicamente enferma. La política ha dejado de ser el arte de lo posible para convertirse en la ciencia de la exclusión programada, donde el adversario no es un competidor, sino un virus que debe ser erradicado del cuerpo patrio.
"Tú has aplaudido el estruendo de la motosierra mientras las vigas que sostenían el techo de tus derechos civiles caían una a una sobre tu propia cabeza".

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