EL RIESGO NO ASUMIDO:

 LA VOTACIÓN DE GODÓY COMO TRANSACCIÓN POLÍTICA DE LA VOLUNTAD DE PODER

 El análisis de la votación sobre Ernestina Godoy no es un ejercicio democrático; es la auditoría de un fracaso en la gestión del riesgo político. Se exigía una mayoría calificada (dos terceras partes) para una ratificación que era la prueba de fuego de la Voluntad de Poder del partido en el gobierno. La derrota no es moral, es puramente aritmética: el Riesgo No Asumido de no haber negociado el costo de la abstención. ♟️💸

 Desde nuestra perspectiva, la política es una transacción constante, y este evento fue el mercado abierto del prestigio judicial. La posición de Fiscal no es un puesto de virtud; es la palanca de control operante sobre el sistema de justicia en el Congreso.

El partido oficial invirtió capital político en la ratificación, pero falló en el análisis de riesgo. Necesitaban dos tercios de los votos en el Congreso de la Ciudad de México para asegurar la continuidad del control (la Voluntad de Poder). Al momento de la votación, el resultado final, que incluyó votos en contra y abstenciones, no alcanzó el umbral requerido, y Godoy fue rechazada.

¿El error estratégico? No entender que en la dinámica de la mayoría calificada, la abstención y el voto en contra tienen un precio de utilidad idéntico para la oposición: paralizar la agenda del adversario. La oposición no actuó por ética, sino por riesgo calculado: lograron un retorno máximo (el rechazo de la ratificación) con una inversión mínima (simplemente negarse a ser cómplices o vender su voto demasiado caro). El fracaso de esta ratificación es la demostración nietzscheana de que el poder no se mendiga; se impone, o se negocia con una oferta que el otro bando no pueda rechazar. La moral es irrelevante; solo importa el resultado final del balance de poder.

La votación de Godoy fue un mercado de poder. El partido oficial fracasó porque no entendió la aritmética del riesgo: la abstención y el voto en contra de la oposición fueron una acción de alto valor. Se trataba de la Voluntad de Poder contra el Riesgo No Asumido. La moralidad se retiró de la sala; solo quedó el saldo contable de los votos, y el saldo no cuadró.

 Si la palanca del sistema de justicia tiene un precio fijo de dos terceras partes en un Congreso, ¿seguirás pensando en la moral del voto o empezarás a calcular el costo real de la abstención?