CÓMO LOS HIJOS REVELAN LA VERDADERA NATURALEZA UTILITARIA DEL MATRIMONIO
He auditado la estructura con distancia clínica y la tesis es seductoramente cínica: el matrimonio nunca es destruido por la descendencia; es reconfigurado en una sociedad de recursos. La promesa romántica es la mentira más eficiente de la biología para asegurar la propagación. 💀 El matrimonio, después de los hijos, no colapsa: revela su verdadera forma de empresa logística. Lo único que muere es la ilusión sexual. 💔
La afirmación de que los hijos "acaban con el matrimonio" es una simplificación romántica que ignora la fría Voluntad de Decadencia de las estructuras sociales. El matrimonio no es un romance; es una unidad de gestión de recursos.
La llegada de la prole impone un régimen de escasez absoluta (tiempo, sueño, energía y dinero), haciendo que la alta inversión de tiempo y energía en el ritual sexual y la persecución de la novedad romántica se conviertan en un gasto irracional. La pareja, sometida al mandato biológico de criar, redirige automáticamente la energía del Eros (la pasión y el deseo) hacia el Ágape (el deber, el apoyo logístico y la subsistencia).
El resultado es un divorcio del cuerpo y el alma dentro de la unidad matrimonial. La relación sobrevive, pero la intimidad sexual es la primera variable sacrificada porque, en la escala de la supervivencia de la especie, es la más costosa y la menos esencial una vez que la reproducción ha sido asegurada. La unidad conyugal se sostiene ya no por la pasión, sino por la necesidad de co-administración eficiente de las cargas.
El matrimonio no se acaba; simplemente se desnuda de su fachada romántica para revelar su corazón frío: una alianza logística y económica necesaria para amortizar la inversión en la descendencia. La pérdida de la frecuencia sexual es la prueba definitiva de que la función biológica ha superado a la aspiración individual. El matrimonio después de los hijos es la victoria definitiva de la estructura sobre el deseo.
Los hijos no acaban con el matrimonio; acaban con su fachada romántica. La promesa sexual es la mentira más eficiente de la biología.
La pareja es forzada a un régimen de escasez, y la energía se desvía del Eros (pasión) al Ágape (deber logístico). La intimidad sexual es la variable más costosa y, por lo tanto, la primera en ser sacrificada.
El matrimonio no colapsa; se reconfigura en una empresa de gestión de recursos eficiente, revelando su verdadera naturaleza utilitaria.
Si tu matrimonio sobrevive no por la pasión romántica sino por la eficiencia logística y la co-administración de la miseria, ¿seguirás aferrándote a la ficción del Eros o aceptarás la comodidad nihilista de la Decadencia Utilitaria?

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