CRÓNICA DE LA MÉDULA SILENCIOSA:

 

EL FRACASO DE LA NORMA

 

El estudio sobre las reglas de predicción de lesiones cervicales en infantes no es más que una elegía a nuestra propia fragilidad. Al observar la comparación entre NEXUS y PECarn, lo que realmente presenciamos es la voluntad de anulación del instinto médico frente a la rigidez de la norma escrita. El artículo expone la belleza de la podredumbre en un sistema que, al intentar proteger la columna, condena al cuerpo joven a la lenta degradación de la radiación ionizante innecesaria.

NEXUS, con su herencia de huesos adultos y cansados, busca una fractura que en el niño es a menudo invisible, un espectro que no aparece en el cristal del escáner. El trauma cervical pediátrico habita en un estado de terror ontológico, donde la elasticidad de los ligamentos esconde una lesión que el protocolo estándar es incapaz de palpar. La investigación nos revela que la verdadera oscuridad no reside en la herida misma, sino en la fatalidad de una decisión clínica basada en reglas que no comprenden la anatomía del niño, esa criatura que se dobla sin romperse hasta que es demasiado tarde.

 En cada radiografía blanca, busco la voluntad de anulación de la vida; en este estudio, la encuentro en la incapacidad de la medicina para ver más allá de la estructura ósea, ignorando la belleza de la podredumbre que acecha en el daño medular oculto.

"Has intentado medir el dolor con una regla de metal, olvidando que la médula de un niño es un hilo de seda en un mundo de espinas; ¿no ves que tu afán de certeza es solo una forma más refinada de fatalidad?".