LA TASA DE CAMBIO DE LA SOBERANÍA: El Precio Inevitable del Pragmatismo Energético
La diplomacia caribeña una ruptura. Ha abandonado Trinidad y Tobago la cómoda, aunque costosa, postura de neutralidad regional, alineando su agenda con los intereses de Washington frente a Caracas. Preséntase el giro como una decisión de política exterior, pero su naturaleza fundamental reside en la economía dura. Juzga la historia que, en la periferia, el idealismo geopolítico es la primera variable que debe ajustarse ante la presión del mercado.
Ha gravitado la isla durante años en una cuerda floja, buscando el beneficio de la vecindad venezolana sin incurrir en la represalia de Washington. Exigió el equilibrio una habilidad que el coste de oportunidad terminó por invalidar. Contrasta la necesidad interna de refinar y monetizar reservas de gas y petróleo con la asfixia impuesta por las sanciones internacionales. Se revela una ecuación sencilla, desprovista de sentimentalismo: el acceso al mercado global y a la protección financiera del Norte supera el valor simbólico de la hermandad regional.
Determínase que la verdadera razón del viraje no es el caudal del crudo venezolano, sino el capital necesario para procesarlo y distribuirlo. Es la tiranía del pragmatismo de caja lo que obliga a la subordinación. Convierte la necesidad energética a la soberanía en una simple ficha de intercambio. Permite el alineamiento con Estados Unidos no una ganancia ideológica, sino la legitimación regulatoria que destraba las inversiones y las tecnologías imprescindibles. Compruébase que la supervivencia del modelo económico se antepone al principio de no intervención.
Asume la pequeña nación el precio de su realineación. Se comprende que la neutralidad resulta inviable cuando la supervivencia fiscal depende de la aprobación de un poder hegemónico. Manifiesta la decisión de Puerto España una dura verdad: en el tablero internacional, la liquidez es la única bandera que ondea sin ambigüedades. Dictamina el Banquero Felino que la geopolítica caribeña es, al final del día, una simple hoja de cálculo.

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