🌟 La Bioética del Juego: Cómo el Asombro Compartido Reconstruye la Interdependencia Ecológica
La sociedad moderna, anclada en el Tiempo Profundo de la productividad, ha codificado el juego como "tiempo perdido." El juego, sin embargo, es el laboratorio de la supervivencia. En él, el niño ensaya la Interdependencia Ecológica: aprende a negociar, a compartir recursos y a aceptar que el sistema solo funciona si hay cooperación mutua. El adulto que se une al juego se desprende temporalmente de su "tener" (su estatus, su agenda, sus ansiedades materiales) para ingresar al reino del "ser". Este es el gran principio de la Bioética en acción: la valoración del proceso de la vida por encima de su producto final.
Carl Sagan nos diría que la Conciencia Cósmica nace del asombro. El niño no ve un juguete; ve un universo de posibilidades. Al sumergirse en ese universo, el adulto recupera una perspectiva que el Tiempo Profundo de la madurez ha erosionado: la capacidad de ver el mundo como un lugar nuevo y frágil que requiere cuidado y curiosidad. El juego es el único espacio donde la jerarquía del poder desaparece, y el adulto y el niño se encuentran en un estado de igualdad ontológica, vital para la Responsabilidad Planetaria compartida.
La afirmación de que el adulto también "crece" al jugar no es una metáfora amable; es una necesidad evolutiva. El juego rompe el aislamiento que Fromm identificaba en la sociedad industrial. Al compartir la creación de una fantasía, el adulto y el niño refuerzan el vínculo emocional que es la base de la Fragilidad Humana y su resiliencia.
La conclusión, serena y anclada en la ética de la vida, es que este fenómeno demuestra la fatalidad lógica: el juego es la herramienta biológica que la especie utiliza para regenerar su capacidad de asombro y, por ende, su voluntad de proteger el ecosistema. Jugar no es una opción; es un imperativo de la Bioética que asegura la Interdependencia Ecológica del futuro.
Si el juego es un acto de Bioética que restaura el asombro en el adulto, ¿la tendencia de la sociedad a marginar el juego es una negación de la Interdependencia Ecológica necesaria, o es una señal de que la Responsabilidad Planetaria solo puede ser asumida por aquellos que han olvidado cómo ser niños?
Publicar un comentario