EL ACTO DE SALIDA EN VENEZUELA: LA EJECUCIÓN LOGÍSTICA DE LA CONDICIÓN INELUDIBLE.
El poder es una prisión que se acepta voluntariamente. En Caracas, la paradoja de Sísifo se repite cada mañana: el hombre del poder empuja la roca de su permanencia, pero el único evento de salida posible no está en sus manos. La partida no será una derrota moral, sino una ejecución binaria de la fuerza. La única opción es el colapso estructural. 🇻🇪💀
La pregunta es simple: ¿qué puede romper la lógica de la contención? La respuesta nunca es la voluntad popular en abstracto, sino la falla crítica de la logística del control. El régimen de Nicolás Maduro se sostiene sobre dos únicos pilares de cemento. Si uno de los dos cede, el otro colapsa por inercia. Es una ecuación de transferencia de miedo y lealtad, no de ideología.
No se necesita un golpe de Estado masivo. Lo que se requiere es una deserción crítica de un solo escalón clave. Este es el principio de causa-efecto en su forma más pura.
La permanencia se basa en un pacto tácito: los militares obtienen beneficios económicos y total impunidad a cambio de su fidelidad.
El pacto se rompe cuando la lealtad se vuelve más costosa que la traición. Esto ocurre si el liderazgo militar percibe que la salida es inminente y que el riesgo de ser arrastrado por el colapso del círculo íntimo es mayor que el beneficio de ser el "General Silencioso" que negocia la transición. La salida de Maduro se activa cuando sus protectores internos calculan que su costo de permanencia es demasiado alto.
El control del poder en una petro-nación no es ideología; es un negocio de divisas. El dinero es el único lubricante moral que mantiene a flote la maquinaria de la represión.
Las sanciones y el cerco financiero externo no buscan una rendición ética, sino el estrangulamiento final de la capacidad de venta de petróleo o su equivalente (oro, acuerdos de deuda).
Si el régimen no puede asegurar el flujo constante de dinero duro, no puede pagar a los militares, no puede mantener los programas sociales que compran una paz mínima ni puede financiar a los colectivos. El día que las arcas de la nación fallen de forma irreversible, la capacidad de intimidación se desvanecerá. El poder se ejerce con dinero.
El Cronista observa que la salida de Maduro no será una negociación elegante. Será un acto de supervivencia forzado. Solo dejará el poder cuando la alternativa de permanecer sea más peligrosa y menos rentable, para él y su círculo inmediato, que la salida pactada o forzada.
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