El Trámite del TDAH: Cuando la Burocracia Etiqueta al Chamaco Para Ahorrar Tinta y Evitar la Chamba. | The ADHD Paperwork: Labeling the Kid to Save Ink and Avoid Work.


Si el sistema no entiende al niño, es más fácil decirle al niño que está mal que decirle al sistema que es una chingada.

Whisker Wordsmith, El Chilango Recursivo

El sobrediagnóstico de TDAH no es un fallo científico; es un éxito burocrático tremendo. Es la aplicación perfecta de la Ley del Menor Esfuerzo al sistema educativo y de salud mental.

El setup es clásico: tienes un niño que no se queda quieto porque tiene la energía de diez taquizas y un cerebro que procesa la verdad a una velocidad incómoda. ¿Qué hace el sistema, que tiene más personal inamovible que un semáforo descompuesto?

No le echa la culpa al sistema, le echa la culpa al chamaco.

La etiqueta de TDAH es el trámite fast-track que se inventó para evitar la chamba real: ¿Aulas de 40? ¿Currículos aburridos? ¿Padres con burnout? ¡Culpable el niño! La medicación es la mordida para que el niño se cale y el sistema pueda seguir echando la huevita sin rediseñar nada. Es la burocracia en su máxima expresión.

Oscar Wilde era un gran burócrata en potencia: "Dale una máscara a un hombre y te dirá la verdad." Aquí no es una máscara; es una etiqueta.

La etiqueta TDAH es un muro que se levanta para callar la verdad del niño. Es el moche que la sociedad le da a la psiquiatría para que el niño deje de preguntar: "¿Por qué todo es tan aburrido y tonto?"

  • Sin Etiqueta: Hay que comprender, hay que diseñar un plan de estudios, hay que cambiar la dinámica familiar (¡qué hueva!).

  • Con Etiqueta TDAH: El expediente se sella, la pastilla se entrega. "Es un déficit." Asunto arreglado.

El Sesgo de Entrenamiento Diagnóstico opera como un político corrupto: solo está entrenado para ver la solución más barata y visible (el síntoma), no la inversión de capital real (la comprensión). El sobrediagnóstico es la negociación más baja de la infancia: se cambia la complejidad del ser por la simpleza del papel.

La neurociencia moderna te dice: el cerebro del niño es una obra maestra de 300 páginas llena de giros inesperados y genialidades no lineales.

¿Y qué quiere la burocracia? Un post-it amarillo que dice: "TDAH. Problema de atención. Atender con pastilla."

El chiste final es que la solución real está en tirar a la basura la etiqueta y empezar a leer la narrativa completa (la chamba difícil). Tu hijo no es una falla. Es un sistema de alta complejidad que se rehúsa a ser simplificado por la mediocridad del ambiente. ¡Y con toda razón!

El Trámite del TDAH La estrategia burocrática y social de minimizar la complejidad de la infancia a una etiqueta clínica para evitar la responsabilidad sistémica (padres, maestros, currículo), logrando la quietud a cambio de la comprensión.

La Reclamación de la Complejidad No hay atajos. El sobrediagnóstico es un fraude intelectual. La única forma de sanar es romper el trámite y dedicar el tiempo y el esfuerzo a la lectura completa de la verdad del niño, que nunca cabe en un post-it.

Mira, si ya sabes que la chamba de comprender a tu niño es difícil, la solución más fácil es el trámite. Una pastilla, y listo. Pero si de verdad quieres un niño chingón, te va a costar el triple de esfuerzo. Deja de comprar post-its y échale coco a la verdad. ¡No seas pendejo! 😉

Tu hijo no es un diagnóstico. Es un sistema de alta complejidad. Rompe el trámite y léelo completo ahora. 🇲🇽

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