La SinfonÃa Olvidada del Asfalto Mojado
Cuando el mundo se vuelve un lienzo en blanco, una vieja melodÃa te recuerda sus colores.
Hay dÃas en los que la ciudad parece más un cuadro impresionista que un lugar real. Las luces de neón se difuminan con la lluvia, creando un espectáculo de fantasmas de colores sobre el asfalto mojado. Es en esos momentos cuando te das cuenta de que el ruido constante de la vida es solo una capa superficial. Debajo, hay un silencio que espera ser llenado. Y por siete largos años, ese silencio se sintió eterno. Era como si el mundo de la música se hubiera quedado sin una de sus paletas de color más importantes.
Cuando vi la noticia, no lo podÃa creer. "Radiohead anuncia su primera gira en siete años, que tendrá lugar en Europa". El titular era simple, casi minimalista, como uno de sus álbumes, pero el eco que dejó en mi cabeza fue como una explosión de fuegos artificiales. Fui a la cocina, me servà un café y volvà a leerlo. No, no era un espejismo. La banda que habÃa musicalizado mis noches de insomnio, mis caminatas solitarias y mis crisis existenciales, estaba de vuelta.
La primera vez que escuché "Creep" fue en una cafeterÃa, un lugar donde el tiempo parecÃa suspenderse. El riff de guitarra de Jonny Greenwood sonó como un grito de guerra en medio de la monotonÃa. Y asÃ, de la nada, me enamoré de su música. Me sumergà en OK Computer, un viaje a través de una distopÃa tecnológica que se sentÃa más real que mi propia vida. Kid A fue un sueño febril, un laberinto de sonidos electrónicos que me enseñó que la música no tiene por qué tener una forma definida. Y In Rainbows me mostró la belleza de la fragilidad.
Pero el tiempo es un maestro cruel. Cada año que pasaba, el silencio de Radiohead se hacÃa más pesado. Las conversaciones sobre un posible regreso se convertÃan en susurros, en leyendas urbanas. ¿Se habÃan cansado? ¿Se habÃan disuelto? Las especulaciones eran infinitas. Pero ahora, aquà estaba, el titular que todos habÃamos esperado. No es solo una gira. Es la confirmación de que la creatividad no muere, solo duerme. Es una señal de que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay un atisbo de luz.
¿Qué nos deparará esta nueva etapa? No lo sé. Pero me siento como un niño pequeño que acaba de recibir un regalo que habÃa pedido sin esperanzas. La ciudad de neón se siente un poco más brillante esta noche, y el eco del silencio roto es la melodÃa más hermosa que he escuchado en mucho tiempo.
Y asÃ, mientras la lluvia caÃa y las luces se reflejaban en el charco de mi café, me preguntaba: si una banda tan importante puede volver después de tanto tiempo, ¿qué otro milagro musical nos espera a la vuelta de la esquina? La respuesta podrÃa estar en la próxima nota.
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