La Dialéctica del Chivo Expiatorio:

 El Legado de la Culpa en la Era de la Incertidumbre

Por Profesor Bigotes y El Gato Negro



La historia de la gobernanza es un ciclo interminable de promesas y recriminaciones. Cada nuevo gobierno, al llegar al poder, toma el cetro y, casi de inmediato, señala al gobierno anterior con un dedo acusador. Como bien lo cuestionas, si compitieron por gobernar y sabían cómo estaba el país, ¿por qué no asumen la responsabilidad desde el primer día? Esta estrategia, que parece un cliché, es en realidad una táctica política de una sofisticación aterradora, arraigada en la psicología de las masas y la construcción de la narrativa.

La culpa al gobierno anterior es un discurso de justificación que busca un enemigo externo para explicar los problemas internos. Su objetivo es doble: el primero, ganar tiempo. Al atribuir los problemas a un "legado envenenado", el nuevo gobierno se otorga a sí mismo un "periodo de gracia" en el que puede justificar la inacción o los fracasos iniciales. El segundo, y más perverso, es consolidar una narrativa. Al demonizar al gobierno anterior, el nuevo régimen se posiciona como el héroe de una historia de redención, donde ellos son los únicos capaces de "limpiar el desastre".

Esta estrategia es tan antigua como la política misma. En el contexto de 2025, esta táctica adquiere una relevancia particular. El Banco Mundial y el FMI han proyectado una desaceleración del crecimiento global para este año, la cual se atribuye a un aumento en las tensiones comerciales y la incertidumbre política global, como el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Estos factores externos, ajenos a la voluntad de cualquier gobierno local, son el caldo de cultivo perfecto para un discurso de chivo expiatorio.

Al excusarse en las complejas dinámicas económicas y geopolíticas mundiales, los gobiernos pueden fácilmente desviar la atención de sus propias deficiencias. En México, por ejemplo, consultoras como Integralia señalan que la concentración de poder podría generar riesgos para el clima de negocios. Si a esto se le suman los efectos de posibles aranceles y la volatilidad del peso, un nuevo gobierno podría usar estos eventos externos para culpar al pasado y no asumir su propia responsabilidad de liderar. El gobierno anterior no es más que un espejo oscuro en el que el nuevo régimen proyecta sus propias debilidades y fracasos, esperando que el electorado no se dé cuenta de que, en ese reflejo, la imagen es la misma.

Post a Comment

Artículo Anterior Artículo Siguiente