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"El Silencio de la Agonía:

 

 La Verdad detrás del Misterio de la Momia que Gritaba, Resuelto por la Ciencia

Por Profesor Bigotes





El grito de la momia era un mito. Era una historia. La verdad era diferente. La momia gritaba. El mito decía que era por miedo. La ciencia, con sus herramientas frías y sus hechos duros, tiene otra respuesta. La agonía no fue en vida. La agonía fue en la muerte.

Un equipo de científicos egipcios estudió la momia. Su cara contorsionada era una anomalía. Por años, se creyó que fue enterrada viva. Era una leyenda para contar. Pero los hechos son más simples. Utilizaron una tomografía computarizada. Escanearon el cuerpo. Descubrieron algo. Un análisis forense mostró que la momia, conocida como "Unnamed Woman E", murió de un ataque al corazón. Un paro cardíaco.

El estudio, liderado por el arqueólogo y exministro Dr. Zahi Hawass, reveló que la mujer sufría de aterosclerosis severa en las arterias coronarias. La patología era grave. Los hechos son estos: la momia, encontrada en la cache real de Deir el-Bahari, no fue enterrada en el sarcófago de su familia real. Su cuerpo fue envuelto en una simple piel de cabra, algo considerado impuro en la época. Esto sugiere que murió en desgracia, un hecho que, para la ciencia, no cambia el cómo. El cuerpo se contorsionó en el último momento. Los músculos se tensaron. La mandíbula se separó. Su boca quedó abierta. Un grito silencioso y eterno.

El embalsamador no pudo cerrar la boca. No pudo forzarla. El cuerpo estaba rígido. Los músculos no respondían. Así que la momia fue momificada con la boca abierta. Su grito se hizo de piedra. La ciencia resolvió el caso. La muerte de la momia no fue un misterio. Era un hecho. Y los hechos son los que importan.

La verdad es dura, a veces. Y la agonía de esta mujer era una verdad dura, no una leyenda romántica.