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 El Gran Baile del Tic-Toc

Por Whisker Wordsmith


La gente se mueve en masa, no por la música, sino por el miedo de ser la única oveja que no salta en el redil.


 

Miren, amigos, he visto cosas en mi tiempo que harían que un perro se rascara el pulgoso rabo con una pata de palo. Pero esto de ahora, con los jóvenes y sus "retos virales", me deja con el sombrero en la mano. Parece ser que dos muchachos de esos de la farándula, un tal Peso Pluma y una tal Kenia Os, se han puesto a bailar en ese cacharro que llaman "TikTok". Y de repente, todo el mundo, como si tuvieran una pulga en el cerebro, se ha puesto a imitarlos.

Es un espectáculo digno de verse. Cientos, tal vez miles de personas, moviéndose al unísono como si una invisible cuerda los jalara a todos. Me recuerda a una manada de ovejas siguiendo al carnero principal. La gente dice que es por la música o porque son famosos, pero yo les digo que es por la necesidad de pertenecer a la manada. Nadie quiere ser la oveja solitaria. Es un baile que no tiene ni pies ni cabeza, y que mañana será olvidado por otro aún más sin sentido. Es la prueba de que, como sociedad, hemos decidido que la tontería es nuestra moneda de cambio.

En mi época, un héroe era aquel que salvaba a un pueblo. Ahora, es aquel que hace un baile que se vuelve viral. Vaya, el mundo se ha vuelto de cabeza. Y mientras todos bailan el "Tic-Toc", yo me pregunto si alguien se acuerda de leer un buen libro o de tener una conversación de verdad. Me temo que la respuesta es no. Porque, para eso, tendrían que dejar de mover el esqueleto, y la cosa es que ya no saben cómo parar.