Cat Kawaii

La Metralla de un Discurso

El Vagabundo de la Prosa: 

"Todo es ruido, amigo, un puto ruido constante. Los números son balas que rebotan en los muros de la ciudad, y uno solo puede correr, correr, correr."

Y luego la pobreza. Uff. Eso sí es una patada en la boca. En el primer semestre de 2024, la pobreza subió a 52.9%, un salto gigante comparado con el 40.1% que había el año anterior. Y a principios de su mandato, la indigencia también se disparó. Pero ahora, los datos recientes dicen que la pobreza cayó al 38.1% en el segundo semestre de 2024, mejorando el 41.7% del gobierno anterior. ¿Qué carajos significa eso? ¿Que la pobreza sube y baja como un yoyo? Yo veo las mismas caras largas, los mismos ojos cansados. Esos números no me dicen nada.

Y luego el desempleo, el otro fantasma. 7.7% en el primer trimestre de 2024. Y un montón de gente, 34,000 empleados públicos, que se fue a la calle. ¿Ahorro? ¿Superávit fiscal? El país ahora tiene un saldo a favor en el comercio, un superávit de 21 mil millones de dólares. Y el riesgo país cayó de 1,923 a 760 puntos. ¿Y qué? ¿Eso me va a dar para comer? ¿Me va a pagar el alquiler? No lo sé. Solo sé que las palabras de Milei son como balas, y cada día me golpean más. Y los números, los putos números, son como las esquirlas.

No hay tiempo para pensar. No hay tiempo para analizar. El Vagabundo de la Prosa solo puede caminar, respirar el aire viciado de la ciudad, y sentir el frenesí de un país que se desgarra, se rompe y se reinventa a cada paso. El "milagro" de Milei es mi pan de cada día, mi alcohol barato, mi cama dura en el asfalto. La tragedia no es el número; la tragedia es vivirlo. La verdad no está en la portada de una revista; está en el sudor de la frente del que no tiene nada, en los ojos del que ha perdido todo. Es la lucha de un país que no sabe si está volando o cayendo. La campana ya no suena, solo el silencio de un corazón que se ha detenido.